Mensajes que no se envían, videos que no se reproducen y páginas que cargan lento. Internet puede convertirse en un dolor de cabeza cuando la conexión del celular es mala. Pero, siguiendo una serie de consejos y buenas prácticas, la señal (y, por lo tanto, la experiencia) pueden mejorar.
El principal problema con el teléfono es que, como los usamos para prácticamente todo lo que hacemos en nuestro día a día, las aplicaciones se van acumulando y quedan en segundo plano.
Instagram, WhatsApp, Facebook, TikTok, el mail y el navegador Chrome o Safari tienen su propia memoria caché, una porción de los datos que quedan almacenados para facilitar accesos futuros. Esto es un arma de doble filo: puede enlentecer el teléfono.
Es decir: que un celular tenga mala conexión a internet no depende solamente del proveedor del servicio, sino de otros factores.
A continuación, cinco consejos para mejorar la calidad de señal del celular.
Limpiar caché
Caché del teléfono. Foto Android Este es uno de los principales puntos que incide en el rendimiento del teléfono. Esto es porque el caché interviene en los procesos del teléfono móvil pero también en la velocidad de la conexión. Hay usuarios que jamás borran el caché y experimentan pésimas conexiones a internet.
Esta memoria tiene distintas formas de almacenarse (incluso su versión original es en el hardware, esto es, en un chip del teléfono), pero principalmente se la encuentra en el navegador (Google Chrome, Safari, Samsung Browser) del teléfono y en las aplicaciones.
Lo ideal es borrar cada mes todo lo que almacene caché.
Un segundo tema a tener en cuenta es que también ocupa espacio, con lo cual, borrarla libera lugar en el teléfono. Dos pájaros de un tiro.
Cerrar aplicaciones
Es cierto que con el tiempo los teléfonos, incluso los de gama baja, se volvieron mucho más potentes. Y si bien pueden funcionar perfectamente incluso con múltiples aplicaciones ejecutándose en segundo plano, esto no deja de tener un costo para la experiencia del usuario.
Cuantas más aplicaciones se ejecuten, más se le va a pedir a la conexión. Y esto puede saturar la red, independientemente de cuán rápido sea el teléfono.
Esto hay que tenerlo en cuenta por un segundo aspecto que incide en cómo funciona el teléfono: las aplicaciones en segundo plano son una aspiradora de batería (ver acá).
Muchas veces, con cerrar las aplicaciones que van quedando abiertas sin que las veamos, es suficiente para mejorar la conexión.
Para hacerlo, en iPhone un pequeño slide hacia arriba despliega las aplicaciones abiertas. En Android, el botón cuadrado de la navegación inferior, despliega todo lo que está abierto.
Usar un navegador lite
Navegador Opera, una alternativa a Chrome, Safari y Firefox. Foto: Shutterstock La mayoría de las aplicaciones “grandes” vienen con una versión “lite”, que es algo así como su ropa liviana. En resumidas cuentas, requieren mucha menos memoria y también datos de conectividad para funcionar.
Lo mismo con los navegadores web: Opera Mini, por ejemplo, es más eficiente en cómo maneja los datos de internet, lo que libera ancho de banda e impacta en la velocidad de internet.
Esto es particularmente útil también en cuanto a rendimiento general del teléfono, sobre todo con dispositivos de gama media o con varios años en el mercado.
Resetear la configuración de red
Router WiFi: su configuración impacta en la navegación. Shutterstock Hay un último problema que no suele tenerse en cuenta y es la configuración de la red del teléfono. Resetearla suele solucionar conexiones lentas.
Muchas veces está, por defecto, en automático y esto puede generar problemas y hacer que Internet se ralentice. En los ajustes (Configuración, redes móviles, operador de red y desactivar “seleccionar automáticamente”.
Una vez hecho este cambio, hay que reiniciar el teléfono.
Revisar la actualización automática de apps
Las aplicaciones se actualizan de manera automática. Foto AFP La actualización de las aplicaciones es otra de las formas en las que el teléfono puede consumir velocidad de Internet. Algunas recomendaciones apuntan directamente a desactivarlas, pero esto no es recomendable ya que puede ser peligroso.
Muchas actualizaciones están desarrolladas para mejorar funciones de seguridad o incluso arreglar vulnerabilidades.
Lo que sí es recomendable es saber qué aplicaciones tenemos instaladas y tener en cuenta con qué frecuencia realizan sus actualizaciones.
Por lo general, por defecto el teléfono solo las realiza cuando estamos conectados a WiFi para no incurrir en gastos extra por consumo de datos móviles. Por esta razón, los problemas de conexión pueden aparecer cuando se descargan.
No es recomendable usar el teléfono para cuestiones que demanden una buena conexión en estos momentos. A veces, la solución es la paciencia.
SL