El caso se remonta al 2 de noviembre de 2024, entre las 8:20 y las 8:45 de la mañana, cuando un enfermero a cargo de una paciente aprovechó su estado de convalecencia e indefensión para cometer un abuso sexual con acceso carnal dentro de la habitación del hospital.
En abril de 2025, el acusado aceptó su responsabilidad penal mediante un acuerdo con el Ministerio Público Fiscal, reconociendo los hechos y siendo imputado por abuso sexual agravado por la guarda, de acuerdo con los artículos 119 y 45 del Código Penal.
Durante la etapa de alegatos de clausura, la fiscal Carolina Mauri solicitó que el hombre reciba 11 años y medio de prisión efectiva, considerando factores agravantes como la edad de la víctima, el daño psicoemocional sufrido y el impacto institucional que el hecho generó en la confianza en el vínculo médico-paciente.
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Por su parte, la defensa del imputado pidió la pena mínima de 8 años, mencionando como atenuantes la ausencia de antecedentes penales y la confesión, que evitó que la víctima tuviera que enfrentar un proceso judicial completo.
El tribunal colegiado, integrado por los jueces Cristian Piana, Juan Pablo Encina y Florencia Martini, será el encargado de determinar la pena definitiva. Además, el enfermero quedará registrado en el listado nacional de agresores sexuales, según lo establece la normativa vigente.