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Tras el suspenso en PISA: ¿están aprendiendo nuestros hijos en clase?

El último informe PISA revela un descalabro mundial entre el alumnado de 15 y 16 años en competencias matemáticas y científicas y compresión lectora. Con estas malas notas, muchos padres y madres se hacen la misma pregunta: ¿están aprendiendo nuestros hijos e hijas en la escuela?

Una lectora de El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica, precisamente, publicó hace días una carta, convertida en viral, en la que se lamentaba de que los colegios se habían convertido en un «universo paralelo» y habían perdido su esencia: enseñar.

¿Tiene razón la lectora? ¿PISA nos está diciendo, efectivamente, que los chavales y las chavalas de 15 años carecen de conocimientos básicos? La respuesta es compleja y requiere argumentos.

«Aprenden contenidos diferentes de manera diferente»

“Obviamente, el alumnado sí que está aprendiendo. Pero aprenden contenidos diferentes de maneras diferentes”, sentencia Miquel Àngel Alegre, jefe de proyectos de la Fundació Bofill. “No estamos en los años 80 del siglo XX. En la actualidad, los requerimientos educativos son completamente diferentes. Ahora se piden competencias, incluidas las científicas y las lingüísticas. La escuela, sobre todo en primaria, ha adaptado contenidos y métodos a la sociedad de la información en la que vivimos”, añade Alegre.

A raíz de los malos resultados globales de PISA, Alegre recuerda que los escolares «aprenden más cosas de las que se valoran» en el informe de la OCDE. En su opinión, PISA tiene «un valor diagnóstico». Sin embargo, sus comparaciones no terminan de ser justas porque cada niño y cada niña «aprenden a un ritmo diferente y llegan a puntos diferentes».

El responsable de la Bofill admite que el actual sistema educativo –con un enfoque competencial– está generando “mucha inquietud” entre algunos padres y madres, que juzgan el sistema educativo “desde unos parámetros que son de otra época”. “Hay voces que dicen que el nivel educativo está bajando y que ahora el sacrificio no es importante ni tampoco el esfuerzo. No es verdad. Esto va de aprender. Esto va de esfuerzo e interés por parte de los alumnos”, explica.

Mochilas escolares, en un aula de primaria. CÓRDOBA

Autor del ensayo ‘Querido alumno, te estamos engañando’ (Temas de Hoy), el docente insiste en que la raíz del problema está en una educación primaria y secundaria que ha olvidado su esencia: enseñar y aprender. En lugar de poner el acento en la lectura, la escritura, el cálculo matemático, el pensamiento crítico, la memoria y el saber, los colegios y los institutos han entrado en “un bazar persa” de corrientes pedagógicas y han abrazado metodologías sin evidencia científica pero con pátina de modernidad. El resultado, en palabras de Arias, es una “educación Mr Wonderful en la que se entretiene a los chavales pero no se les enseña”.

“Mis alumnos son futuros graduados. Pero ni preguntan en clase, ni responden cuando les hago una pregunta. Hace unas semanas, les propuse tratar en el aula la compra que había emprendido Elon Musk. No sabían quién es Musk”, se lamenta.

Estudiantes universitarios, realizando un examen. CÓRDOBA

«No me fío de la interpretación de los datos de PISA»

Pascual Gil Gutiérrez, Gil Gutiérrez deja claro que, en educación, no hay varitas mágicas ni soluciones únicas. Sí se pueden dar pasos a su favor. Los primeros que habría que dar son la reducción de las ratios, la mejora de la financiación de los centros y la destrucción de la escuela concertada para convertirla en pública. 

Aprendizaje colaborativo, ‘learning by doing’ (aprender haciendo), aprender a aprender, aulas invertidas y educación dialogante son algunas propuestas educativas que han invadido las aulas sin saber previamente su eficacia pedagógica, según Gil Gutiérrez.

Convencido de que la educación se tiene que mover y no puede quedar anclada, Elías también asegura que cosas que permanecen inamovibles: “Hay que saber calcular y escribir. Tienes que entrenar el cerebro para las operaciones lógicas. Hay que comprender lo que se lee. Google es una gran herramienta, pero tú tienes qué saber cómo buscar y qué buscar. Para dar un discurso con argumentos tienes que haberte aprendido antes algunos datos”.

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