El incidente se registró de madrugada y los bomberos evacuaron a seis familias que ya no pueden retornar a sus hogares porque sigue latente el peligro de un nuevo colapso, algo que incluso puede repetirse en otras alas del mismo complejo habitacional de planta baja y dos pisos superiores.
Solo basta observar los paneles premoldeados fuera de línea y la manera en que se levantaron las veredas a consecuencia del suelo arcilloso en el que se construyó ese núcleo barrial conformado por 2 edificios y 56 dúplex, hace casi cuatro décadas a través de una operatoria del IPV.
Las autoridades municipales se desentendieron del caso desde un primer momento bajo el argumento de que se trata de propiedades privadas, pero no repararon que el suelo no lo es y desde ese ámbito nadie responde a las notas que enviaran las familias damnificadas, sintonía que emuló el organismo provincial de la vivienda.
En rigor, no se puede esperar mucho de una gestión municipal que, por ejemplo, parece seguir dejando pasar el tiempo dilatando gestionar una obra de infraestructura en la costa marina para salvar uno de los patrimonios históricos de la ciudad como lo es el Chalet Huergo. La última advertencia pública sobre esa también preocupante situación la hizo un vecino de barrio Mosconi, Daniel Legaz.
Las familias del barrio LU4 que residían en los departamentos a los que se accedía por la Escalera 8 igualmente se dan de bruces con la burocracia judicial dado que tampoco recibieron respuesta de una presentación que hicieran ante el Ministerio Público Fiscal, a través de la cual formularan una denuncia por incumplimiento de deberes de funcionarios públicos, acusación que pesa sobre los responsables de las áreas de Seguridad, Obras Públicas y Desarrollo Humano y Familia. Basta decir que de manera oficial nunca se dio a conocer un acta formal de que exista una clausura.
Tampoco la Defensoría emitió resolución alguna sobre el pedido de asistencia para ocho adultos mayores y dos menores de edad que forman parte de las 17 personas que residían en los departamentos que quedaron abandonados.
Es que, las más vulnerables duermen en colchones colocados en pisos de viviendas de otros familiares y allegados que se solidarizaron, pero en varios casos ya les dijeron que no pueden contenerlos por más tiempo.
Además, hace dos semanas fue retirada la custodia policial preventiva de saqueos y como tampoco se puede ingresar porque persiste la situación de riesgo, decidieron soldar dos barrales en la puerta de ingreso a los departamentos.
Pero como ello no es suficiente ya que gente extraña puede forzar ventanas de planta baja, conformaron grupos de guardia diurna diaria y además solicitaron a la SCPL que refuerce el alumbrado público en la esquina de las calles internas que llevan en nombre de Guillermo Quiroga Burnet y Laura Durán, precisamente el área del colapso.
Este penoso panorama les ha causado un trastorno emocional depresivo por la situación de abandono que no tiene visos de solucionarse en un lapso prudencial, pero además sienta un precedente de lo que puede ocurrir con otros casos similares en ese y otros barrios de complejos de departamentos.
Vale también recordar que ya realizaron dos “cacerolazos” en las inmediaciones para visibilizar sus reclamos y este sábado, cuando se cumpla el mes del colapso todas las familias realzarán una conmemoración simbólica con una olla popular, con la esperanza de que funcionarios de algún organismo estatal se digne a mostrar al menos un gesto humanitario.
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