Esta semana, terminaron de declarar en Córdoba las madres de los bebés que fallecieron o sufrieron severas consecuencias en el hospital Neonatal, donde nacieron. Todas apuntaron a Brenda Agüero, a quien la Justicia le imputa cinco muertes de recién nacidos. Trabajaba como enfermera en el centro de salud donde ocurrieron los crímenes, y para la fiscalía ella fue quien les quitó la vida al inyectarles dosis altas de potasio. Brenda dice que es inocente, y su abogado sostiene que en algunos meses será sobreseída.
Está acusada de homicidio calificado reiterado y podría ser sentenciada, de probarse su culpabilidad, a cadena perpetua. Además de la enfermera, hay otros diez imputados, entre ellos el ex ministro de Salud de Córdoba, Diego Cardozo.
En las audiencias, las madres, padres y abuelas de los bebés fueron coincidentes en relatar que eran todos recién nacidos sanos, que comenzaron a descompensarse después de haber tenido algún tipo de interacción con Agüero: la enfermera se los llevó a un control, los alzó o los acomodó en la cuna. El papá de uno de los bebés dijo que vio cómo la mujer lo pellizcó.
Pero su abogado defensor, Gustavo Nievas, anticipó que su clienta “será sobreseída” ya que considera que “no hay pruebas directas ni indirectas contra ella”, sino que solo “indicios y un montón de pruebas inventadas”.
Se basa en que no hay ni cámaras y ni testigos oculares que la vieran efectivamente inyectar esos dosis de potasio a las víctimas, ni tampoco habría ninguna prueba directa. Lo que hay es una serie de indicios “fuertes” que ponen en duda el accionar de la ex enfermera. El análisis de las pruebas por parte de los peritos será el eje central de lo que viene en el juicio ahora.
Según la acusación, Brenda les habría suministrado a los recién nacidos, presumiblemente mediante una inyección no endovenosa, dosis de potasio, insulina u otra sustancia no compatible con la vida, a sabiendas por sus conocimientos profesionales, que eso podría causar la muerte de los bebés.
En la instrucción, el juez Fernández López remarcó el alto estrépito social que provocaron estos hechos por su atipicidad. Además, consideró que la cantidad de casos producidos, entre consumados (5) y tentados (8), permitió arribar a la probabilidad positiva, basada en “abundante prueba indiciaria de carácter unívoco”.
El fiscal Raúl Garzón presentó ocho indicios que, a su entender, acreditan la autoría de Brenda en los 13 casos investigados.
1. Su presencia
Los 13 casos ocurrieron entre marzo y junio de 2022. Ella estuvo presente en todos, a pesar de que no trabajaba siempre los mismos días. Además, a los fiscales les llamó la atención el nivel del detalle y precisión en las historias médicas que escribió ella sobre estos casos. No obstante, hay otras dos personas -del personal de recuperación de post partos- que también estuvieron presentes durante el tiempo ocurrieron los hechos.
2. Acceso a inyecciones de potasio
Como enfermera, Brenda tenía acceso libre a las ampollas de potasio. Sin embargo, no hay registro que haya retirado alguna durante los ocho días en los que ocurrieron las muertes. Los fiscales creen que Agüero aplicó ocultamente las inyección en la sala de recuperación, donde estaba sola, y no en la de parto, en la que había más profesionales que podrían ver su accionar.
3. Información sobre los efectos del potasio
Este es uno de los indicios más fuertes. Los investigadores encontraron en el celular de Brenda un PDF que permite calcular con regla de tres simple los mililitros de potasio para un plan de hidratación parenteral para un niño de 30 kilo. También habría buscado información sobre alteraciones relacionadas con la hipercalcemia y la hiperglucemia. Y supuestamente habría buscado una guía (en inglés) sobre resucitación de neonatales.
También encontraron un archivo que indica que para producir una parada cardíaca debe utilizarse una solución cardiopléjica rica en potasio. El abogado de Brenda, por otro lado, asegura que el PDF en cuestión fue enviado por una compañera a un grupo de WhatsApp en común, y que no fue buscado por ella.
4. Curso sobre duelos por muerte de recién nacidos
Este otro de los indicios más importantes. Al parecer, Brenda leyó el libro de la enfermera neonatal Patricia Bautista titulado “El duelo ante la muerte de un recién nacido”, que indica cómo debe manejarse el equipo de salud ante duelo por la muerte de un recién nacido. El defensor de Agüero explicó que libro era parte de un curso que hizo una amiga de su clienta, y se lo compartió.
5. Los pinchazos
La mayoría de los pinchazos en los bebés fueron en la espalda o en la parte atrás del muslo. Los fiscales creen que la acusada los aplicó como pudo, y por eso los efectos no fueron inmediatos, sino que tardaron un poco más. Una compañera de Brenda señaló además que le parecía raro que siempre vistiera remeras con mangas largas, incluso en días de calor. Eso hace sospechar que allí escondía las jeringas.
6. Intento de desviar la atención
La fiscalía asegura que la ex enfermera intentó inculpar a una compañera en los hechos, al señalar que la enfermera de neonatología era la encargada de tomar a los bebés y dárselos a las madres y que ella sólo intervenía cuando se descompensaban. Al parecer, esto fue refutado por otros compañeros, que no acompañaron el relato de Agüero.
7. Fin abrupto de casos
Cuando estallaron las denuncias, unos 23 trabajadores del hospital fueron licenciados. Con el tiempo, todos volvieron al hospital a trabajar, menos ella, y desde entonces no hubo más casos. En ese interín, Brenda habría intentado mudarse a Buenos Aires, lo cual -para los fiscales- la complica.
8. Hipótesis sobre las causas
No está claro por qué Brenda -en caso de que demuestren su culpabilidad- hizo semejante atrocidad. Al parecer, la pericia psiquiátrica y psicológica que le hicieron no mostró ningún rasgos de personalidad psicopático. Los fiscales, en cambio, creen que Agüero quería sobresalir a toda costa, para pasar al servicio de neonatología (de mayor prestigio). Sospechan que quería mostrar sus dotes para detectar anomalías en los bebés, e impresionar a los médicos.