Por alguna razón que todavía no está muy clara, la vida de los famosos siempre ha despertado un gran interés entre el público: tanto en televisión como en redes sociales, hay una demanda constante de información, de publicaciones y de cotilleos sobre los aspectos más íntimos y cotidianos de figuras públicas.
Los programas de televisión llenan horas de emisión con reporteros que buscan captar cualquier declaración o gesto de los personajes del momento y a su vez algunas celebridades acumulan millones de seguidores que asisten diariamente a su rutina, ávidos de conocer cada detalle a través de Instagram o TikTok.
Este fenómeno no es ajeno para Alejandra Rubio y Carlo Costanzia, que se han convertido en el foco de atención mediática desde que se hizo público que están esperando su primer hijo, previsto para diciembre.
En las últimas semanas, ambos han sido perseguidos sin descanso por paparazzis, quienes intentan captar cualquier movimiento de la pareja debido al enorme interés que ha generado su embarazo. La vida de los dos jóvenes ha sido expuesta y analizada, y cada decisión que toman ha sido motivo de especulación.
Una de las últimas polémicas que ha rodeado a Carlo Costanzia fue su sonada ausencia en el desfile de su madre, Mar Flores, durante la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Aunque estaba previsto que el actor asistiera a este importante evento en la vida profesional de su madre, no pudo hacerlo.
Tanto Carlo como su madre han dado explicaciones sobre este ‘plantón’ que levantó ampollas en los medios. Alejandra Rubio se encargó de aclarar que su pareja no pudo asistir debido a compromisos laborales, mientras que Carlo, visiblemente molesto, estalló contra la prensa por insistir en el tema, señalando que ya se había explicado en múltiples ocasiones.
La decisión definitiva sobre la relación que han tomado Alejandra y Carlo
Pero más allá de las polémicas mediáticas, la pareja ha tomado una decisión crucial para su futuro: irse a vivir juntos antes de la llegada de su hijo.
Carlo ha dejado su vivienda en el centro de Madrid y se ha mudado a la casa de Alejandra en Aravaca, un tranquilo barrio residencial. Este movimiento parece ser un paso definitivo en su relación, con el objetivo de preparar juntos el hogar donde recibirán a su hijo en diciembre.
Sin embargo, no todo ha sido tranquilidad en su nueva vida en común. Una vecina de Aravaca ha revelado recientemente que ha escuchado discusiones y tensiones entre la pareja, lo que ha alimentado nuevamente los rumores de que la relación no está pasando por su mejor momento.