Luego de diez años de tensas idas y vueltas, el Gobierno aceptó el pedido del gobierno oriental para que le dejen llevar la profundidad del canal de acceso del puerto de Montevideo de los 13 a los 14 metros. La decisión se plasmaría en un pronto acuerdo bilateral.
Como había anticipado Clarín, la decisión considerada por los uruguayos como un gesto sumamente positivo de la canciller Diana Mondino se tom´p velocidad la semana en la primera reunión de la ministra con su par Omar Paganini. Fue en paralelo a un encuentro de cancilleres del Mercosur en Paraguay.
Ahora, fuentes uruguayas dijeron a Clarín que recibieron luz verde de la Argentina, en una reunión técnica que tuvo lugar este miércoles vía zoom. Ese encuentro aún no fue informado por las partes argentinas.
Trascendió por funcionarios uruguayos que participaron diplomáticos de ambos países y cuadros de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), que responden a la subsecretaría de Asuntos Americanos a cargo del embajador Mariano Vergara.
En Montevideo pedían este gesto de Argentina para modernizar su puerto que ahora se vuelve más competitivo frente al de Buenos Aires. La decisión “rompe con la política de yo no le permito a Uruguay profundizar su puerto y su canal de acceso porque entonces me perjudica”.
Se espera un comunicado de los dos países para este miércoles a la tarde.
Un extenso artículos hoy del diario El Observador recordó la conflictividad de este dragado a 14 metros a lo largo de los años.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner, en 2013, por el conflicto de las papeleras de Nestor Kirchner y Tabaré Vázquez seguía habiendo muy mal clima bilateral y la ex presidenta rechazó el pedido de Uruguay.
En 2018, bajo el gobierno de Mauricio Macri, se autorizó el dragado de 12 metros a 13, pero un error de los uruguayos hizo rectificar el pedido a 14 metros.
Ya bajo el gobierno de Alberto Fernández y con la CARP muy cuestionada, el ex representante argentino Diego Tettamanti rechazó la propuesta uruguaya con 28 objeciones. Tettamanti ya no está en el cargo, y la CARP sería sometida a un proceso de transparencia junto a todas las comisiones que están bajo la orbita de la Cancillería.
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