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El gaúcho brasileño que revolucionó la música con una exótica guitarra de 7 cuerdas

No es una figura de popularidad masiva, pero sí es venerado por sus colegas y admirado por un público variado que va del jazz a la música clásica, el world-music y el folklore. Yamandú Costa, a los 44 años, es sin dudas el mayor instrumentista de la guitarra de 7 cuerdas, una rareza que agrega una cuerda grave y logra un sonido único y distintivo.

Se lo considera uno de los más grandes guitarristas de Brasil y referente mundial de la música latinoamericana, capaz de pasar en sus discos y recitales de la música brasilera (choro, bossa nova, samba, chamamé) al terreno de las milongas, tangos y zambas.

Yamandú Costa y su emblemática guitarra de 7 cuerdas. Foto de prensaYamandú Costa y su emblemática guitarra de 7 cuerdas. Foto de prensaAhora volverá a presentarse en vivo en Buenos Aires, después de cinco años de ausencia. Estará este viernes 19 en Ciudad Cultural Kónex.

La música del Sur

Un dato clave es el origen de Yamandú Costa: nació en el sur de Brasil, donde su compatriota Vítor Ramil dice que hay más «música templada» que «música tropical».

Por teléfono desde Portugal, donde vive hace un par de años, Yamandú se ríe y cuenta: «Somos una gente más para adentro, tenemos otro sentimiento. Es un poco al revés del tropicalismo. Vengo de una región donde tengo mucho más proximidad con la cumbia que con la música de Salvador de Bahía. ¡Son mis referencias! A veces tengo que explicar que el brasileño no es un estereotipo».

Yamandú Costa se presentará este viernes en Ciudad Cultural Konex. Foto de prensaYamandú Costa se presentará este viernes en Ciudad Cultural Konex. Foto de prensa-¿Cuales son los lugares por donde más tocás afuera: festivales, el circuito de jazz y world-music?

-Un poco de todo. Mi música es un poco transversal. Está muy ligada a la guitarra, entonces toco mucho en festivales de guitarra, por ejemplo estuve en Moscú el día del atentado, después fui a tocar en un festival de música clásica en Shanghai, y vine a París a tocar en un festival con la música tradicional brasileña. Me encanta tener un estilo musical que no esté cerrado y que esté en contacto con muchas cosas distintas.

-¿Por qué decidiste mudarte a Portugal?

-Estoy viviendo en Portugal por una cuestión de logística, de poder moverme más fácilmente por Europa. Mañana me voy a Madrid, por ejemplo, y después me voy a Francia, hago y tres o cuatro conciertos y vuelvo a Portugal. Y antes de tocar en Buenos Aires, me voy a la Patagonia.

Hace más o menos cinco años tuve que elegir dónde vivir porque era muy fatigante viajar tan lejos. Y Portugal se ubica en un lugar interesante, a cinco horas de América y a 12 horas de Asia, en vez de estar a 24 como desde Brasil. Me encanta esta estrategia y además un país muy chiquitito, parecido a Uruguay. Son países preciosos, con muy buenos vinos, buena comida y con gente simple, humilde.

-Supongo que ya tuviste tu sobredosis de fado.

-¡Me encanta! Lo primero que hice al llegar a Portugal fue grabar un disco con una formación de guitarra portuguesa de 7 cuerdas y el bandoneón con Martín Sued, que vive acá y está haciendo un trabajo maravilloso. Ahora grabamos un disco, yo con su orquesta y 40 minutos de arreglos suyos. Va a salir dentro de poco y está muy bonito, es muy interesante. Me encanta aprender estas referencias de la cultura ibérica.

Los amigos argentinos

Con respecto a este concierto solista en Argentina, dice: «Estoy muy contento y feliz de volver a Argentina por fin, después de tantos años. Para mi tiene algo muy especial, porque nací en el sur de Brasil, en la provincia de Río Grande, y me crié escuchando más música argentina que otra cosa. Volver a Argentina después de la pandemia es como volver un poco a casa.

Yamandú Costa. Foto de prensaYamandú Costa. Foto de prensaVoy a mostrar y contar temas nuevos, lo que fue tocando con gente, oportunidades nuevas, cosas nuevas durante ese tiempo nos quedamos encerrados. Creo que aprendí de mis maestros guitarristas intentar generar un ambiente íntimo para que la música llegue también de una manera informal, sin mucha pompa y presentación.

-¿Te animás a incluir en esta visita algún tango o algo de Piazzolla?

-No sé si algo así conocido. Quizás algo de Rubén Juárez o algo de la Vieja Guardia, no sé bien. De los clásicos. Y no solamente tango, sino alguna cosa del Norte como el chamamé. De hecho me crié tocando eso y siempre tuvo más ligazón con la música del Litoral que otra cosa, por la proximidad geográfica.

Me crié tocando mis mis papás, en los años 70, con mucho chamamé. Sin duda que hay mucha influencia de música argentina, desde Ramón Ayala hasta Piazzolla y Juan Falú.

-Con cuál de los muchísimos músicos con los que tocaste guardás el mayor recuerdo?

-Luis Salinas y Raúl Barboza. Ahora perdimos un músico francés maravilloso que se llamaba Silva Luque, que murió hace muy poco.

-¿Con qué músicos te encantaría hacer alguna colaboración? Quizás Stevie Wonder acompañándote en armónica.

-No tengo esas pretensiones. Tengo ganas de grabar algo con estos dos maestros argentinos que que me encantan. Creo que los encuentros son cosas que la vida sí que te da. No tengo pretensiones comerciales.

Ya dejé de hacer cosas que no puedo ni decir por qué? Para mí la música es algo muy puro y sagrado, más allá del éxito que uno pueda tener. El éxito es poder hacer las cosas que te gusta hacer. Elegir lo que quieras, lo que te gusta realmente, y hacer cosas bellas.

-Para terminar, ¿qué recordás del descubrimiento de la guitarra de 7 cuerdas?

-Toda mi generación que se crió escuchando a Raphael Rabello, que nos cambió la forma de mirar la guitarra. Es una guitarra más profunda y tiene una cuerda más grave, entonces tiene un sabor muy particular. La toqué a los 16 años y me enamoré rápidamente.

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