El expresidente Alberto Fernández se reunió este lunes con el papa Francisco en el Vaticano y un dato llamó la atención: no estuvo presente su pareja Fabiola Yañez.
El exmandatario, que dejó la Casa Rosada el pasado 10 de diciembre y actualmente vive en Madrid, fue a Roma acompañado de su pequeño hijo Francisco.
Tras la reunión, Fernández utilizó las redes sociales para contar por qué no fue acompañado por Yañez, tal como estaba previsto y como había ocurrido en las dos anteriores visitas al Papa.
«Lamentablemente, una intervención quirúrgica para sanar una apendicitis impidió a Fabiola acompañarnos», explicó Fernández en su cuenta de X, donde agradeció a Francisco «personalmente por todo lo que ayudó a nuestra querida Argentina» en sus cuatro años de mandato y añadió: «Estoy seguro que lo seguirá haciendo».
El expresidente destacó que «el Santo Padre tuvo la deferencia de bendecir a Francisco» y transmitirle «sus mejores deseos de pronta recuperación para Fabiola».
Fernández destacó que «el Papa es sin duda el líder moral más importante que tiene la humanidad. Mi eterna gratitud y mi compromiso inquebrantable de estar ayudándolo en su enorme lucha por construir una sociedad más justa e igualitaria».
Estaba previsto que el encuentro entre ambos se celebrase el pasado noviembre, con motivo del final de mandato de Fernández como presidente, pero fue pospuesto hasta que terminase el proceso de transición, tras el cual el exmandatario se ha trasladado a vivir a España, donde imparte clases.
La reunión se produce solo horas después de que Francisco expresase anoche su deseo de viajar en la segunda mitad de este año a Argentina, pues le preocupa la situación en su país porque «la gente está sufriendo mucho allí», sostuvo.
«Sí me preocupa porque la gente está sufriendo mucho allí, es un momento difícil del país y se está planeando la posibilidad de hacer un viaje en la segunda mitad del año», dijo el papa en una entrevista televisiva.
Francisco, al que Milei ya ha invitado, explicó que en agosto tiene «que hacer un viaje a la Polinesia, allí lejos, y después de este se haría a Argentina, si se puede hacer, pero yo querría ir. En diez años está bien», apuntó, ya que no ha vuelto a su país desde su elección pontificia en 2013.