El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, fue noticia en las últimas horas. Ratificó que el Gobierno buscará eliminar la figura de “femicidio” del Código Penal a través de un proyecto de ley que se debatirá en el período ordinario.
Sin embargo, el titular de la cartera de Justicia es uno de los ministros que todavía sobrevive a los recambios en el gabinete, pese a haber acumulado a lo largo del año de su gestión traspiés, señalamientos por polémicas declaraciones y desautorizaciones.
De hecho, es largamente extendida la versión que indica que el verdadero ministro es el secretario de Justicia, Sebastián Amerio, delegado de Santiago Caputo en un área clave y sensible.
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En ese marco crecen en la Casa Rosada rumores que generan señalamientos internos. Es que Cúneo tuvo problemas con quien fuera su subsecretaria de Gestión Administrativa, Silvia Sofía Fredes, quien tuvo su salida del cargo, la cual pasó desapercibida.
Según la plataforma presupuestoabierto.gob.ar, durante el 2024 la cartera de Justicia ejecutó el 41,91% de su presupuesto. Con $ 47.854 millones pagados versus un presupuesto total de $ 122.092 millones. Una cifra exigua, teniendo en cuenta las déficits del servicio de Justicia y los más de trescientos juzgados vacantes entre nacionales y federales a lo largo y ancho del país.
Parte de esos cargos pretendían ser cubiertos con el anuncio que realizaron Amerio y Manuel Adorni, con el envío de 150 pliegos, que nunca llegaron a la Cámara del Senado.
Fuentes del Ministerio de Justicia señalaron que Fredes no fue echada de su cargo. Que recibió una oferta laboral “superadora”. Que incluso se hicieron infructuosos intentos por retenerla. Con todo, Fredes dejó su lugar.
Otras versiones en la Casa Rosada indican que Fredes estaba ligada a Cúneo desde antes de que fuera ministro. La ex subsecretaria de Gestión Administrativa es contadora, y habría asesorado a Cúneo en materia impositiva según esas mismas versiones. Fredes habría sido desplazada por no ser “idónea” para el cargo.
Actualmente quien se desempeña en la función es Juan Cruz Montero, un “cuadro técnico” de carrera que le permitirá al Ministerio ordenar los gastos, según indican algunas voces en la Casa de Gobierno.
Cúneo tampoco salió indemne de la abrupta salida de Ignacio Yacobucci al frente de la UIF, el organismo que lleva la relación con la GAFI y encargado de combatir el lavado de activos.
El nombre de Yacobucci fue acercado por Cúneo. El desplazamiento del ahora extitular UIF obligó al ministro a ensayar una explicación, en la que Yacobucci no seguía la “línea de austeridad” impartida por el ministro. En la propia Casa Rosada reconocieron que Yacobucci viajó más al exterior, que el propio Presidente. Con todo, el verdadero motivo del desplazamiento fueron las querellas llevadas adelante por Yacobucci.
De esa manera Caputo asumió el control definitivo de la UIF. Ya había designado al segundo, Santiago González Rodríguez. Ahora también designó a Paul Starc, en un desafío a María Eugenia Talerico.
Las vinculaciones de Yacobucci se ramifican hasta asesores cercanos a Cúneo. Más precisamente a Nicolás Ramírez, quien quedó apuntado. Las versiones las propagan en la propia Casa de Gobierno.
Ramírez es jefe de asesores de Cúneo. Uno de los dos que le quedan. Inició la gestión con cinco. Ramírez tiene vinculaciones con Guillermo Yacobucci, juez de cámara quien a quien a su vez tiene desarrollo académico. Ramírez colaboraría con Yacobucci padre.
Las versiones sobre la salida de funcionarios bajo la órbita de Cúneo y asesores apuntados no desembocarían en una salida del ministro. Al menos no por el momento.
Es que en la propia Casa de Gobierno reconocen que Cúneo cumple la función de dialogar con los medios, difundir, asistir a embajadas y explicar las acciones que se llevan desde el Ministerio.