Pese a que aún no puede concretar su primer intento legislativo con la Ley Ómnibus, el Gobierno se lanzó con una segunda propuesta que ya comienza a generar tensión en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo mantiene un débil relación con los sectores dialoguistas, que ya dieron muestras de que no le darán un cheque en blanco a Javier Milei y lo obligan a sentarse a negociar ley por ley.
Si bien el Ejecutivo había anunciado que iba a enviar este miércoles el proyecto de reversión del impuesto a las Ganancias, hasta el cierre de esta edición no hubo ninguna novedad. Se trata de una medida que busca revertir lo aprobado en septiembre del año pasado cuando en medio de la campaña electoral Sergio Massa eliminó la cuarta categoría con los votos del presidente Milei y su vice Victoria Villarruel.
Este detalle no es menor porque se convirtió en el principal argumento de los diputados del sector dialoguista para derivar la responsabilidad de reunir el quórum y los votos en el oficialismo. «Innecesario el anuncio que hicieron de mandar la ley cuando no están pudiendo con esta», sintetizó un importante operador del macrismo ante una consulta de Clarín.
Desde la bancada que preside Cristian Ritondo aseguraron que primero van a esperar la llegada del proyecto para que los economistas hagan su propio análisis del texto. «El PRO es el que mejor parado está sobre ese tema, porque cuando lo trataron el año pasado votamos en contra. Sabíamos que se iban a desfinanciar a las provincias y que ese dinero no salía de otro lado», advirtieron desde el macrismo.
En el radicalismo, las opiniones están un poco más divididas, ya que hay sectores que quieren la reversión del impuesto, otros que piden un mecanismo de compensación para la provincias y otros que simplemente piden que La Libertad Avanza pague el costo de haber acompañado al kirchnerismo cuando se votó la eliminación de la cuarta categoría y se impuso el nuevo régimen de Mayores Ingresos para quienes cobran más de 15 salarios mínimos, algo así como $1.770.000.
«Estuvimos en contra en su momento. Dijimos que era un suicidio votar lo de ganancias, lo votaron para ganar las elecciones. Ahora que se hagan cargo, que consigan los votos de Massa y de los gobernadores, que paguen el costo ellos», le dijo a este diario Martín Tetaz, quien aún espera la llegada de la propuesta del Ejecutivo porque los datos que trascendieron no le permiten aún fijar un análisis más profundo.
El proyecto oficial establece un mínimo no imponible de $1.350.000, que se ajustará trimestralmente a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el INDEC con delegación al Poder Ejecutivo para modificar los montos de las escalas. De aprobarse la propuesta, unos 800 mil trabajadores del sector público y privado volverán a pagar el impuesto con una reducción promedio del 25% en el salario neto, mientras que unos 90 mil que seguían alcanzados por Ganancias, al bajar el mínimo no imponible, pagarán mucho más.
El radical Lisandro Nieri también recordó que en septiembre había votado en contra de la propuesta del kirchnerismo y volvió a calificar como «una medida inoportuna de Massa que formó parte del plan platita», que condujo a «una destrucción del sistema tributario, a una mayor desigualdad y a una aceleración inflacionaria». Sin embargo, pidió esperar la llegada del proyecto para conocer los detalles, como la fórmula de actualización y el tema de las escalas porque con el ritmo inflacionario, el Gobierno podría crear un escenario para que «cada vez haya más gente pagando el impuesto a las Ganancias al congelar el mínimo no imponible».
En tanto, otros diputados más alineados con el pensamiento del santafesino Maximiliano Pullaro prefieren buscar «alternativas» para compensar la caída en los ingresos coparticipables de las provincias, ya que consideran el impuesto a las Ganancias como «regresivo». Massa había prometido en campaña hacer coparticipable los impuestos al cheque y el PAIS, medidas que no avanzaron.
Esta propuesta la volvió a sostener el kirchnerista Carlos Castagneto, quien defendió la eliminación de cuarta categoría como representante de la AFIP y aseguró que Unión por la Patria no va a acompañar la propuesta del oficialismo porque sino «volverán a pagar el impuesto un millón de trabajadores».
En el bloque de Hacemos Coalición Federal, que comanda Miguel Angel Pichetto, las opiniones también estaban divididas. Florencio Randazzo, por ejemplo, ratificó su rechazó a la eliminación de la cuarta categoría y Paula Oliveto dijo que la Coalición Cívica no quiere apoyar una suba de impuestos.