sábado, 23 agosto, 2025
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Jorge Macri hace foco en la gestión y en un nuevo PRO

Al menos tres veces a la semana Jorge Macri se sienta en un café random de la Ciudad y coloca un cartel con la frase “Escucho”. Lleva consigo una birome y un cuaderno donde anota los reclamos, las sugerencias y los pedidos específicos. De esas charlas, más las reuniones con vecinos (que pasaron de dos o tres veces por semana a seis, de lunes a sábado), el domingo el jefe de Gobierno se sienta a hacer un resumen. Cuando lo termina manda al chat de Whatsapp de ministros, comuna por comuna, los principales ejes de conflicto o los reclamos más trascendentes y hasta nombra a qué ministro le corresponde resolverlos. Pueden ser temas puntuales pequeños, desde una rama de un árbol, a una obra de infraestructura vinculada a paso bajo nivel.

Con todo, tras la derrota electoral de mayo, y luego del acuerdo electoral a nivel nacional con La Libertad Avanza, que terminó avalando con ciertas condiciones, Jorge Macri decidió encarar este tramo del año concentrado especialmente en la gestión y pensando en el 2027. A la vez, eso supone un reacondicionamiento del PRO, que en la Ciudad lo tiene como titular, y del espacio amarillo en general.

En lo que refiere a la gestión cuenta con un compás de paz con los libertarios: hasta noviembre al menos no habrá críticas feroces ni hacia él ni hacia el Gobierno de la Ciudad en el marco del acuerdo que se selló a nivel nacional.

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Incluso, en términos concretos hubo un compromiso para destrabar en el Gobierno nacional tres créditos internacionales aprobados. En Uspallata, la sede del Ejecutivo porteño, calculan que hay unos 450 millones de dólares en préstamos internacionales aprobados que están trabados en Nación. Unos 300 millones corresponden a un crédito de la Corporación Andina de Fomento para la Línea B de subtes; otros 85 millones para la implementación de la historia clínica digital y otros 75 millones, también de la CAF, para pasos bajo nivel. Todo necesita el aval de Economía.

Esa negociación fue una idea del jefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny, y del ministro de Hacienda, Gustavo “el Chama” Arengo, quienes vienen siguiendo los temas económicos porteños de cerca. Incluso Sánchez Zinny sumó otras temáticas como el tema del Servicio Penitenciario Federal, la Inspección General de Justicia a la Ciudad y el fuero laboral. El puerto quedará para más adelante.

Todo ello en el marco de profundizar la cercanía, como objetivo central hacia fin de año. De lunes a sábados el jefe de Gobierno llegó a treinta barrios con reuniones (el sábado pasado) y aspira a llegar, antes de noviembre, a 48, un encuentro vecinal por barrio. Y ordenó a todo su gabinete a lo mismo: tiene la obligación de armar, mínimo, doce reuniones por mes.

Un caso que recuerdan en Uspallata: tras una reunión de vecinos en Liniers, Jorge Macri se llevó un reclamo puntual por un taller mecánico clandestino que dejaba los autos en la vereda. Al otro día entre la Agencia Gubernamental de Control, a cargo de Matías Lanusse, y la Policía de la Ciudad clausuraron el taller y retiraron los autos.

Paralelamente el jefe de Gobierno piensa en un nuevo PRO. Cree que en dos años se jugará mucho más que la Ciudad sino la resurrección del partido para generar nuevos liderazgos y, sobre todo, para rearmar un esquema de poder.

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