25, diciembre, 2024
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El papa Francisco habló de la corrupción en Argentina y citó el caso de un ministro que le pidió una coima a un inversor: «¿Para nosotros cuánto?»

El papa Francisco encabezó este viernes un simposio con dirigentes de movimientos populares en el Vaticano y dio un discurso con críticas al Gobierno de Javier Milei por la represión policial en la implementación del protocolo antipiquetes y otras referencias a la Argentina. Una de las más llamativas fue la denuncia de un pedido de coima de un ministro a un inversor.

El pontífice argumentaba su afirmación de que «el diablo entra por los bolsillos» y otra vez, como en distintos pasajes de su discurso, puso como ejemplo a la Argentina.

Según relató, un emprendedor internacional que estaba haciendo unas inversiones de extensión en Argentina le contó que fue a presentarle su plan a un ministro. «Lo atendió muy bien y le dijo ‘déjemelo, ya lo van a llamar’», contó.

Al día siguiente, continuó el Papa, el secretario de ese ministro se comunicó con el inversor y lo invitó a «pasar en dos días para entregarle el permiso».

«Le entregó los papeles y la firma…y cuando él (por el inversor) se estaba por levantar, le dice: ‘¿Y para nosotros, cuánto?’ La coima. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden”, sentenció Francisco.

El Papa no dio ningún detalle sobre si ese funcionario pertenecía a la gestión de Javier Milei o si se trataba de un gobierno anterior.

El papa Francisco y Juan Grabois en el simposio por los diez años del primer encuentro con movimientos populares. Foto: Víctor Sokolowicz El papa Francisco y Juan Grabois en el simposio por los diez años del primer encuentro con movimientos populares. Foto: Víctor Sokolowicz Francisco puso ese ejemplo del pedido de coima después de reclamar «buenas políticas, políticas racionales y equitativas que afiancen la Justicia Social para que todos tengan tierra, techo, trabajo, un salario justo y los derechos sociales adecuados».

Para el ex arzobispo de Buenos Aires, «muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o la ecología integral por pura avaricia«.

Y en ese sentido, agregó: «Disfrazan esta avaricia con ideología, pero es la vieja y conocida avaricia. Entonces, presionando a los gobiernos para que sostengan malas políticas que los favorecen económicamente».

«Los pobres no pueden esperar»

También hizo referencia el Papa al reclamo que encabezan los movimientos populares y que consideró clave para evitar que las cosas sean «más difíciles» para los que menos tienen.

El papa Francisco dio un discurso con varias referencias a la Argentina. Foto: Víctor SokolowiczEl papa Francisco dio un discurso con varias referencias a la Argentina. Foto: Víctor Sokolowicz«Dije hace tiempo: ‘los pobres no pueden esperar’. Si los movimientos populares no reclaman, si ustedes no gritan, si ustedes no luchan, si ustedes no despiertan conciencias, las cosas van a ser más difíciles», le dijo Francisco a los dirigentes, entre los que estaba Juan Grabois.

Y agregó: «Les pregunto a ustedes, también a las personas de clase media que cada vez tienen que sacrificarse más para llegar a fin de mes, a las personas que tienen que pagar alquileres altísimos, que no pueden ahorrar, que tal vez dejan a sus hijos una situación peor a la que recibieron: ¿creen que los más ricos van a compartir lo que tienen con los demás o van a seguir acumulando insaciablemente?».

La crítica al Gobierno de Milei por el protocolo antipiquetes

En otro tramo de su disertación, el Papa sí hizo foco directamente al Gobierno actual. Fue cuando criticó el protocolo antipiquetes durante la protesta por el veto a la reforma jubilatoria al señalar que «en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta».

“Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos quizá. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas, no, no. El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía», cuestionó Francisco, y agregó: «Ténganlo en cuenta a eso».

El cuestionamiento de Francisco apuntaba a la represión policial en las inmediaciones del Congreso y lo dijo después de insistir en sus críticas a quienes miran «desde arriba al otro».

«Esa actitud altanera es lo contrario a la compasión: regodearse en la propia supremacía frente a quien está peor. Esto no pasa solo con los más ricos, mucha gente cae en esta tentación. Es la gran tentación de nuestro tiempo. Mirar desde lejos, mirar desde arriba, mirar con indiferencia, mirar con desprecio, mirar con odio. Así se gesta la violencia: el silencio de la indiferencia habilita el rugido del odio», sentenció.

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