Esta semana comenzó la rosca a cielo abierto por parte del gobierno de Javier Milei, para cocinar algunos temas entre castas, antes de llevarlos al debate público en sesiones extraordinarias del Congreso. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dio una entrevista en la mañana de este martes, donde anticipó cómo vienen las negociaciones.
Recordemos que el Gobierno quiere tratar tres proyectos este verano:
- Reforma para el Fortalecimiento Electoral: Proyecto de ley para reformar el sistema electoral, que incluye la eliminación de las PASO y ajustes al financiamiento de los partidos.
- Ficha Limpia: Proyecto de ley que establece restricciones para ocupar cargos públicos en caso de antecedentes penales.
- Pliegos del Senado: Evaluación y consideración de pliegos que requieran acuerdos para designaciones de jueces en el Honorable Senado de la Nación.
- Entre otros
“Somos una minoría en el Congreso, hay que tratar de contemplar las posiciones de otros bloques con los que se conforman mayorías”, explicó Guillermo Francos en diálogo con Radio Mitre. Esta tarde se reunió con sus mayores colaboradores políticos, los jefes de bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo y de la UCR, Rodrigo De Loredo. Aunque también anticipó que “Podría haber acuerdo no solamente con los bloques más amigos, sino también con la oposición más fuerte, con el bloque de Unión por la Patria”; coalición peronista que continúa teniendo la mayoría parlamentaria.
La Reforma electoral, que el Gobierno viene negociando con todos los partidos y coaliciones del régimen político argentino, se trata de un intento de avance antidemocrático que solo puede beneficiar a las castas enquistadas en el poder. La privatización de las elecciones implica que solo aquellos y aquellas con lazos (y deudas) con empresarios y capitalistas, podrán desplegar campañas electorales y participar de elecciones. Para el Frente de Izquierda, una alternativa de trabajadoras y trabajadores, independiente de cualquier poder económico, sería mucho más difícil participar del juego democrático -ya limitado por ser una democracia para ricos. Lo mismo que cualquier otra alternativa que pueda surgir de manera independiente y desde abajo.
Sin dudas, Francos viene manteniendo negociaciones también con los bloques peronistas, a pesar de que en la foto solo salga con sus aliados. La ley de Ficha Limpia, por ejemplo, que parece haber sido diseñada para perjudicar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, es una de las cartas fuertes del Gobierno para negociar con el kirchnerismo tanto la agenda de reformas electorales, como la designación del cuestionado juez Ariel Lijo, a la Corte Suprema de Justicia, entre otros temas. El peronismo todavía no hizo pública su posición al respecto de la eliminación de las PASO y la privatización de las elecciones. Aunque la insistencia de CFK y Máximo Kirchner en eliminar las elecciones legislativas de medio término y votar solo cada cuatro años, es la pelota que tiraron a la cancha.
Por su parte, el bloque de Miguel Ángel Pichetto se reusó a participar de esta reunión anunciada en todos los medios de comunicación; pero, de igual manera, ha acompañado las iniciativas claves del Gobierno, como la corrupta Ley de Bases. Tanto Pichetto como Mauricio Macri critican a Javier Milei por no habilitar la discusión del Presupuesto 2025; pero su “republicanismo” no ha cuestionado en nada la tentativa de reforma electoral y han votado las políticas principales del Gobierno.
Mientras unos y otros especulan cómo puede servirles semejante transformación del sistema electoral y democrático argentino; Javier Milei, alineado con las extremas derechas del mundo, busca abrir camino a consolidar mayores rasgos de autoritarismo en el régimen político.
El 2025 será un año de elecciones legislativas, donde el Gobierno pondrá a prueba su gestión ante el voto popular. A la vez, La Libertad Avanza se muestra ofensiva en la búsqueda de armar listas con más propios que ajenos y lograr una reconfiguración dentro del Congreso y los parlamentos, que lo saque del empate con el PRO y la UCR. Javier Milei parece dispuesto a ir por todo: y son los partidos políticos del régimen (y no el voto popular) quienes vienen garantizándole mayores poderes desde la aprobación de la Ley de Bases.
Es necesario rechazar la Reforma electoral, para que Milei no avance además sobre los pilares más populares del régimen democrática. Es decir, sobre la posibilidad de que un trabajador vote a otro trabajador, sin extorsión económica de ningún tipo.