Luego de la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno trató de dar una confusa imagen en la que confirmó el rumbo económico pero a la vez anunció la conformación de una mesa política, formada por los mismo funcionarios que participaban en las reuniones de gabinete. A su vez, nombró a Lisandro Catalán como ministro del interior, buscando mostrar intención de diálogo con los gobernadores.
Tras un período de pleno apoyo por parte de la mayor parte de los mandatarios provinciales al plan de ajuste de Milei, dándole los votos de sus legisladores a la Ley Bases y tantas otras normas, se pasó a una nueva etapa en la que el reclamo de los fondos para sus provincias pasó a ser un eje central de las negociaciones. Fue producto de ese reclamo que una gran mayoría de gobernadores impulsó y logró aprobar la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), la cual establecía la distribución automática y diaria de estos fondos entre la Nación, las provincias y CABA, siguiendo los criterios de la ley de coparticipación federal.
Pero el pasado viernes, Milei vetó esa norma, junto a la ley de financiamiento universitario y la emergencia pediátrica, los días anteriores. Sin embargo, ese mismo pasado viernes en el que vetó la ley de ATN, el gobierno giró a algunos gobernadores algunos miles de millones. Los aliados electorales Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Leandro Zdero (Chaco) recibieron $3.000 millones y $2.500 millones, respectivamente. Hugo Passalaqua, de Misiones y colaborador con la Casa Rosada en el Congreso, recibió $4.000 millones. Mientras que a Maximiliano Pullaro, parte de Provincias Unidas, le giraron $3000 millones.
Este giro de fondos, en el medio de la discusión clave que se dará este miércoles en el Congreso Nacional, debe actuar de advertencia. En el marco de su crisis, Milei quiere evitar a toda costa otra derrota legislativa que revierta sus vetos al Garrahan y a la universidad y que eso profundice su crisis. Por eso está negociando voto por voto para continuar el camino de ajuste al pueblo trabajador y poner toda la economía en función del pago de la deuda al FMI y todos los especuladores.
Lo mismo sucedió con el anuncio del presupuesto. Mientras que fue muy claro en confirmar el rumbo de ajuste fiscal, hizo pura demagogia respecto de aumentos a jubilados, salud y otras partidas. Fue todo mentira, con números dibujados, con una proyección de inflación fantasiosa y un dólar que supuestamente bajaría el año que viene. Ridículo.
Ahora grandes medios de comunicación como Clarín, La Nación o Infobae hablan de que el gobierno estaría dando un giro hacia la moderación del ajuste. Mentira. Quieren darle un nuevo voto de confianza para seguir aplicando los planes a favor del gran capital.
Es un momento clave. Ninguna confianza en el Congreso Nacional que viene de votar en contra de los jubilados y que ya votó la Ley Bases (con sospechas de corrupción) y tantas otras normas de ajuste y entrega.
Solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas para derrotar el ajuste. Mañana miércoles, todos a las calles contra los vetos.
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Frente a la profundización del ajuste y la emergencia social, es urgente que la CGT y las CTA abandonen la tregua con el Gobierno de Milei y convoquen de inmediato un paro nacional y un plan de lucha. Mientras tanto, la propuesta del peronismo se limita a una ’coalición anti-Milei’ pensando en 2027, repitiendo la fórmula fallida del Frente de Todos