El director y guionista David Lynch, que radicalizó el cine estadounidense con una visión artística oscura y surrealista en películas como Blue Velvet o Terciopelo azul, y Mulholland Drive, y en la televisión abierta con Twin Peaks, murió a los 78 años.
Lynch reveló el año pasado que le habían diagnosticado enfisema después de toda una vida fumando y que probablemente ya no podría salir de su casa para dirigir. Su familia anunció su muerte en una publicación de Facebook, escribiendo: “Hay un gran agujero en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él decía, ‘Mantené la vista en la rosquilla y no en el agujero’”.
En una entrevista con la revista Sight and Sound, David Lynch había revelado que ya no podía dirigir en persona, debido al enfisema que había desarrollado por años de “fumar durante tanto tiempo”. Y añadía: “Estoy confinado en casa, me guste o no. No puedo salir. Y solo puedo caminar una corta distancia antes de quedarme sin oxígeno”.
“Fumar era algo que absolutamente amaba, pero al final, me perjudicó. Era parte de la vida artística para mí: el tabaco y su olor, y encender cosas y fumar y luego volver a sentarse y tener un cigarrillo y mirar tu trabajo, o pensar en cosas; no hay nada igual en este mundo que sea tan hermoso. Mientras tanto, me está matando. Así que tuve que dejarlo … debido al COVID, sería muy malo para mí enfermarme, incluso con un resfriado. Me gusta estar entre las cosas y obtener ideas allí. Pero trataría de hacerlo de forma remota, si llegara a eso”, sumó el director de El Hombre elefante.
Y admitió: “no me gustaría tanto”.
Netflix le dijo que no a David Lynch
Justamente hacía poco Netflix había rechazado una propuesta de Lynch para hacer una película animada, Snootworld, en la que comenzó a trabajar hace dos décadas con Caroline Thompson (El extraño mundo de Jack, El Joven Manos de tijera). El filme trataría sobre pequeñas criaturas llamadas Snoots, que se someten a un ritual de miniaturización a la edad de ocho años. La historia se habría centrado en su héroe Snoot, que se vuelve tan pequeño que desaparece en las fibras de una alfombra, donde descubre “un mundo loco y magnífico” completamente ajeno a su propia crianza.
Un genio de un talento único, Lynch se hizo un nombre a partir de relatos en los que sabía combinar, y no mezclar, que no es lo mismo, elementos del cine negro, el policial, algo de terror y mucho surrealismo. No por nada al director de Carretera perdida se lo comparó con el maestro Luis Buñuel.
(Noticia en desarrollo)
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