“Creo que es el recital más difícil que he organizado. Pero quería que fuera algo extremo. Quería que fuera lo más parecido a lo que puedo hacer porque para mí es como una gran carta de presentación”, dice la soprano australiana Jessica Pratt, a punto de debutar en el Teatro Colón con un recital, y apenas un días después, interpretará el rol de Elvira en I Puritani, versión de concierto.
“Quiero dar lo mejor de mí y espero no decepcionar al público. Esa es mi mayor esperanza. Me aterra decepcionarlos. El Teatro Colón es uno de los teatros históricamente más importantes del mundo, increíblemente hermoso y enorme. Estoy realmente feliz. Quería cantar aquí desde hace mucho tiempo. Así que poder venir aquí finalmente es muy importante para mí, y poder también dar un recital es maravilloso. Es una experiencia realmente emocionante”, concluyó Pratt, una de las máximas exponentes del bel canto de la actualidad.
Su carrera despegó en la década de 2000 y rápidamente se consolidó como intérprete predilecta de obras de Bellini, Donizetti y Rossini. Comenzó sus estudios en Australia y luego se perfeccionó en Italia, donde heredó la tradición que marcó a Joan Sutherland. Hoy una presencia habitual en teatros como La Scala de Milán, Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York.
Su nombre está asociado a las grandes heroínas de Bellini y Donizetti, en especial a Lucia di Lammermoor, papel que interpretó en más de un centenar de funciones y que le valió la comparación con las divas históricas del género.
Ensayos en Buenos Aires
Lllegó hace tres días de Italia. Los ensayos son muy intensos por el doble compromiso: un recital y una ópera muy demandante, con apenas unos días de diferencia. Pero está de muy buen humor y predispuesta para conversar con Clarín en su descanso.
“Es mucho trabajo, tengo que ensayar la ópera por la mañana y por la tarde mi recital, así que son muchas jornadas de 10 o 12 horas. Pero está bien, estoy acostumbrado. Es lo que hago siempre”, cuenta sin que asome un rasgo de cansancio.
-No es muy usual lo que vas a hacer. Muchos cantantes prefieren reconcentrar energía antes de cantar una ópera exigente.
-Le pregunté al maestro si mañana, durante el ensayo musical, podría descansar porque me gustaría tener un día sin cantar para tener la voz fresca para el recital. Él es muy amable y me dijo que sí. Pero iré igual a a hacer lo que hacemos a veces cuando ensayamos sin cantar, moldeamos las palabras y nos entendemos. Así la semana que viene, con la orquesta, sabremos qué ritmos tenemos, qué tempo y qué colores.
-¿Qué cambia para vos como intérprete cada uno de estos formatos?
-Con un recital podés experimentar con más matices. Somos sólo dos personas, así que podemos acelerar, ralentizar y hacer más de lo que se puede hacer con una gran orquesta, lo que dificulta cambiar las cosas a última hora. No es que sea necesario, en este caso tenemos al maestro Maurizio Benini, un director fantástico.
La ópera va de principio a fin, tiene un desarrollo muy lineal. Mientras que en el recital intento crear grandes contrastes entre atmósferas y emociones. Lo más difícil para mí, por ejemplo, será empezar con Breit’ über mein Haupt dein schwarzes Haar, de Strauss. Seguida inmediatamente por el aria de Zerbinetta, Großmächtige Prinzessin, de Ariana en Naxos. Porque Breit’ über mein… es tan densa y triste que la mayoría de las veces no puedo terminarla sin llorar, entonces tengo pasar a otro clima, más gracioso. Me gustan estos desafíos.
-En el programa de concierto, el repertorio dedicado a Bellini incluye canciones de cámara y arias de La sonnambula. ¿Qué aspectos de Bellini aparecen en las canciones íntimas que no se manifiestan tanto en la ópera?.
-Creo que Malinconia, ninfa Gentile es particular, más ligera, tiene una atmósfera diferente. Es animada, pero no como una cavaletta. Pero La ricordanza, por ejemplo, tiene el mismo tema que Qui la voce sua soave de I Puritani. Por eso la incluí. En una semana podremos escuchar una canción y un aria sobre el mismo tema de Bellini, lo cual me parece interesante.
-Cantaste cientos de veces Lucía de Lammermoor. ¿Qué te ofrece Elvira en comparación con Lucía?
-Son muy diferentes. Además, el estilo compositivo de Bellini y Donizetti es completamente distinto. Ambos son compositores de bel canto. Pero Donizetti tiende a estar más orientado al drama, por lo que se centra en las palabras y el dramatismo, con una buena intención dramática. Bellini, por otro lado, también saca a relucir todo su dramatismo, pero tiene líneas melancólicas y un legato muy marcado en el centro de la voz, y sus líneas melódicas son inigualables.
-Wagner era un gran admirador de Bellini.
-Probablemente por su genialidad con esas ideas musicales que le surgían de repente, y que eran simplemente conmovedoras. Lucia es súper dramática y súper actual. I Puritani necesita un buen director de escena para que funcione. Con Lucia, podés tener un director de escena terrible y aun así funcionará. Pero sí, creo que es más bien que la escritura es muy diferente.
-Y los personajes.
-Sí. Lucía es una loca, una loca de verdad. Creo que Elvira es más bien una depresiva profunda. En la época en que se escribieron estas óperas, entre 1830 y 1840, estaba de moda usar estas temáticas centradas en la idea de una mujer mentalmente débil, no solo en la ópera también en la literatura y en la pinturas. Según mi visión, pasaba porque en esa época las mujeres exigían derechos, el voto, derechos sobre sus propiedades, sobre sí mismas, etc. Y también era una época en la que las mujeres, si tenían hijos fuera del matrimonio o infidelidades, y se comportaban de manera independiente, a menudo las encerraban y las llamaban locas. Y entonces existía un gran interés en las mujeres locas y en qué se consideraba una mujer independiente.
El consenso en la época, escrito principalmente por hombres, era que la mujer estaba loca. Y en todas estas óperas –desde Nina, o sia La pazza per amore de Paisiello, que fue la primera, hasta Lucia, también tenemos La Sonnambula de Puccini– cuando las mujeres pierden a su hombre, pierden la razón.
-Y cuando el hombre regresa, vuelven a ser ellas mismas.
-Exacto. Es muy sospechoso. Pero Lucía fue la primera que enloqueció por completo y no volvió en sí. Así que fue un gran avance en este sentido. Y en particular, la locura de Donizetti es muy, muy convincente, y creo que es porque la vivió él mismo. Y, por lo tanto, creo que también lo hizo por autoexploración, porque empezó a escribir escenas de locura justo después de empezar a tener episodios por sífilis. Por otro lado, Bellini trata a las mujeres con… se ve que las ama… son agradables y encantadoras… puras y vírgenes, y es una locura diferente.
-¿Cómo es tu preparación para I Puritani?
-La he cantado en quince o más producciones. Canté en muchas funciones, lo cual ayuda porque cada función te aporta algo nuevo. Esta mañana, en nuestro ensayo musical, el maestro Benini me pidió que añadiera notas, cambiara cosas aquí y allá. Tuvo ideas maravillosas sobre cierta parte de la escena de la locura. Lo hace de forma muy diferente a todos los demás, y nunca lo había visto así, y me encanta.
Así que ahora puedo, incluso con esta producción, añadir más cosas a mi experiencia con ella. Entonces, en cierto sentido, la preparación para esta actuación comenzó hace 15 años, cuando estrené el papel, y cada vez que lo hago. Y, por supuesto, aparte de eso, cuando tengo que rehacer un papel, me tomo el tiempo de estudiarlo desde cero.
-También los nuevos colegas aportan lo suyo, ¿no?
-Claro. Vas a los ensayos musicales y creas una producción completamente nueva con tus colegas, porque no es sólo el maestro, sino también mis compañeros cantantes con sus emociones diferentes, tempi…cada vez es algo nuevo.
-¿Cómo es cantar una ópera sin escenografía y sin vestuario?
-¡Traje mi vestuario!
-¿Y sin escenografía? ¿No te sentís algo desprotegida?
-No. En estas óperas que he cantado tantas veces sólo necesito escuchar la música y estoy en el papel, vas directo a eso porque está en tu cuerpo. Y también canté muchas veces con Francesco Demuro esta ópera en particular y otras, con Riccardo Fassi cantamos La sonnambula, él está debutando en el rol, así que este es nuestro primer I Puritani juntos, pero estoy segura de que tendremos muchos más.
Por supuesto tener un escenario ayuda a que el público vea los decorados, escenografía y demás, pero el mundo está adentro de nuestras mentes de todos modos. Así que, creo que si el cantante está realmente convencido de estar en ese mundo, el público lo vivirá y sentirá de todas formas.
La IA no reemplazará a la voz humana
-La voz humana sigue siendo irremplazable, un espectáculo en sí misma, aunque la inteligencia artificial amenace con reemplazar todo, no podrá con la voz humana.
-Sí, sí. No podrá quitarme el trabajo (risas).
-Más que nunca la diferencia la hace el vivo, escuchar en tiempo real, ver los cuerpos y sentir sus tensiones cuando las voces emiten los sonidos más bellos que se puedan oír.
-Exactamente. Y, ¿sabés? Creo que también es por eso que la ópera en DVD no funciona realmente. No puedo verla. No es la misma sensación. Tiene que ser el alma hablando con otra alma en persona, es algo muy primario.
Somos animales, animales gregarios, necesitamos sentirnos parte de una comunidad y ya no tenemos esa oportunidad porque ahora estamos muy aislados con nuestros aparatos electrónicos. Ya ni siquiera vamos al cine, sólo vemos Netflix en casa. Así que hay un aislamiento cada vez mayor. Y el único momento en que nos juntamos es en un partido de fútbol, que es una reunión agresiva, competitiva, o en el teatro. Y el teatro es una unión empática.
-¿Qué es lo que más disfrutas de una función?
-Creo que lo más bonito de una velada no es la música sino el silencio. Cuando tenés una gran cadenza y se produce un silencio, y te das cuenta de que las 3500 personas están conteniendo la respiración, y todos están haciendo lo mismo. Creo que es un aspecto muy importante y maravilloso.
-Tuviste el privilegio de estudiar con Renata Scotto. ¿Cuál fue la enseñanza más importante que recibiste de ella?
-Respeto. Respeto por la música, respeto por el público y los colegas. Y estudiar mucho para estar siempre preparado para hacer las cosas aburridas porque el tema del entrenamiento es extremo cuando tenés que cantar bel canto, tenés que entrenar mucho para mantener la coloratura bajo control, el tono y demás. Eso te da libertad en el escenario porque si preparas tu cuerpo con meses de antelación, podés subir al escenario y simplemente convertirte en el personaje sin preocuparte por… ¿dónde pongo esta nota? ¿cómo se siente?
Creo que el público puede percibir cuando los cantantes están preocupados por la voz, etc., que ocurre a veces cuando estamos enfermos, cansados. Y Renata fue brillante enseñando fraseo. Su fraseo era maravilloso y tenía un sonido espectacular. Creo que fue una gran suerte la que tuve porque cuando estudiaba con ella, lo demostraba. Así que, como joven cantante, cuando escuchas algo en vivo, a veces es fácil copiar el sonido. Y así podes comprenderlo, y esta es otra razón por la que creo que es tan importante que los cantantes escuchen ópera en vivo y no grabaciones.
-¿Cómo explicarías el bel canto a quienes no saben nada de ópera?
-¡Cirque du Soleil! (risas). Nuestra versión de ópera bel canto es la más extrema posible, con las notas más agudas, las más rápidas, los saltos más grandes y sin cuerdas tensas. Así que no tenemos, como en Puccini, una gran orquesta siempre. Así que, incluso si no se sienten bien, la orquesta los lleva. Pero los belcantistas tenemos una cadencia enorme y larga, y tenemos que encontrar la nota correcta porque la orquesta la va a tocar.
-¿Cómo es ser una diva en tiempos de redes sociales?
-Complicado.
-Son divas sin enigma.
-Sí. Creo que ya no se puede ser diva, porque una diva también es lo que el público piensa de ella. Si estás mostrando absolutamente todo, hasta cuando desayunás, creo que el público no va a pensar que es tan genial. Pero al mismo tiempo, es bueno tener una conexión con el público. Viajamos mucho y estoy once meses al año de gira. Sólo veo mi casa un mes al año. Finalmente, algunos fans a veces se hacen muy amigos porque los ves más que a tus amigos en casa. Y es muy agradable, nos escribimos constantemente.
Una vez, una señora me escribió varias veces. No era amante de la ópera, también amaba a los animales, así que me escribía sobre mascotas rescatadas. Y un día se enfermó y me escribió: “Mira, sé que no te conozco, pero tengo cáncer y no puedo hablar con mis amigos ni con mi familia porque es demasiado reciente. Pero necesito hablar con alguien. ¿Puedo hablar contigo?”. Y le dije: “Sí, claro, podemos hablar de esto”. Así que nos escribimos un tiempo hasta que se sintió lista para contárselo a su familia. Eso es algo muy interesante de las redes sociales porque en general vemos el lado negativo, la gente se esconde para insultar a otros, etc. Pero también hay una parte donde quienes no pueden abrirse a su entorno pueden encontrar un espacio para expresarse. Y luego, cuando estén listos, pueden hablar con quienes quieran compartir.
-También es muy interesante, como en tu caso, cuando compartís parte de algún proceso de trabajo arduo y muestrás también tus equivocaciones.
-Porque los jóvenes cantantes creen que todo es fácil y no lo es. En general, todos se muestran perfectos en las redes.
-También hablás de cuando te presentabas a concursos hace muchos años y ganabas el segundo o tercer lugar. Es importante mostrar a las nuevas generaciones que trabajaste muy duro para ser una diva, ¿no?
-Sí. Fue muy, muy difícil, y me llevó muchos años. Los cantantes jóvenes suelen preguntarme, incluso en las entrevistas, ¿cuál fue el momento en que me hice famoso? Nunca hubo un momento. No hay un momento. Son sólo pequeños éxitos después de la formación, y gradualmente, vas estando presente tanto tiempo que todo el mundo te conoce y sobreviviste lo suficiente. Ese es el momento.
Ficha
Ciclo Grandes Intérpretes
Jessica Pratt, soprano
Kamal Khan, piano
Recital integrado por canciones y arias operísticas de Vincenzo Bellini, Richard Strauss y Jacques Offenbach, incluyendo obras de Eva Dell’Acqua, Alfred Bachelet y Ned Rorem, y la inolvidable Glitter and be gay de Leonard Bernstein.
Fecha: domingo 7 de septiembre a las 17:00 horas
Lugar: Teatro Colón
Promoción especial para mayores de 60 años: pensando en acercar la programación a todos los públicos, el Teatro Colón ofrece una promoción exclusiva para que los mayores de 60 años puedan disfrutar del concierto que la soprano australiana Jessica Pratt brindará el domingo 7 de septiembre a las 17 . La promoción consiste en un 50% de descuento en localidades de platea.
I Puritani
Melodrama serio en tres actos (1835)
Música de Vincenzo Bellini
Libreto en italiano de Carlo Pepoli
Basada en el drama Têtes rondes et cavaliers, de Jacques-François Ancelot y Xavier Boniface Saintine.
Versión concierto
Dirección: Musical Maurizio Benini
Orquesta Estable del Teatro Colón
Coro Estable del Teatro Colón
Director: Miguel Martínez
Roles principales: Jessica Pratt (Elvira), Francesco Demuro (Lord Arturo Talbo), Germán Alcántara (Sir Riccardo Forth), Riccardo Fassi (Sir Giorgio Valton), Hernán Iturralde (Lord Gualtiero Valton)
Funciones: sábado 13, martes 16 y jueves 18 de septiembre a las 20:00 horas y domingo 21 de septiembre a las 17:00 horas.
Lugar: Teatro Colón