Los aranceles de Donald Trump a las exportaciones a Estados Unidos no pasaron desapercibidos para los mercados. En ese sentido, Wall Street se preparaba este domingo para pérdidas significativas a principios de semana, mientras que los mercados de China y Japón y los precios del petróleo se desplomaban incluso con los países buscando un acuerdo con el desafiante presidente.
Uno de los impactos más fuertes se sintió en el índice bursátil Nikkei de Japón, que tuvo su peor día en más de 16 años con una caída de más de 7% el lunes, en momentos que los contratos futuros de Estados Unidos apuntan a nuevas bajas en la bolsa de Nueva York. El índice Nikkei 225 de Tokio perdía 7,8% en el comercio matinal —el precio promedio de las acciones del Nikkei de Japón cayó más de 2.900 yenes— después de una caída de 2,75% el viernes, mientras el índice Kospi de Seúl perdía 5,6%.
Pero el dato más revelador de la noche fue que las acciones de la bolsa de Hong Kong colapsaban un 12% en la apertura del lunes, luego de que China aplicara fuertes aranceles a Estados Unidos en represalia por las tarifas del presidente Donald Trump. El índice Hang Seng de Hong Kong caía 12%, mientras la bolsa de Shanghái caía 7,7%.
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Las acciones de Taiwán se hundieron 9,8% en la apertura del lunes, mientras que las acciones de la bolsa de Singapur perdieron más de 7% en medio de los temores mundiales a una guerra comercial. Un escenario similar se presenció en la bolsa australiana. En ese sentido, el índice referencial S&P/ASX 200, de las 200 empresas cotizadas más grandes del país se desplomó un 6,09% minutos después de la apertura, mientras que las consecuencias del anuncio de Trump la semana pasada seguían inquietando a los inversores.
El sábado entró vigor en Estados Unidos un impuesto universal a las importaciones del 10% y el miércoles aumentarán los gravámenes a las importaciones provenientes de algunos países, como los miembros de la Unión Europea (20%) y China (34%), anunció Trump el 2 de abril.
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En medio de la creciente preocupación global, el republicano negó que busque una caída deliberada de los mercados. “A veces hay que tomar medicamentos para arreglar algo”, sostuvo desde el Air Force One, en referencia a los miles de millones de dólares en valor que ya han perdido las empresas estadounidenses desde el inicio de su política comercial agresiva.
Sumado a esto, añadió que se había reunido con líderes mundiales especialistas en el tema para buscar una solución durante el fin de semana, afirmando que “se mueren por llegar a un acuerdo”. Los socios comerciales están “viniendo a la mesa” y “quieren hablar”, añadió.
En tanto, los contratos de los principales mercados bursátiles de la Bolsa de Valores de Nueva York cayeron drásticamente el domingo, lo que sugiere un mayor impacto en las acciones de Wall Street, que se encuentran maltrechas, al abrir los mercados el lunes.
Por ejemplo, el petróleo estadounidense cayó por debajo de los 60 dólares por barril por primera vez desde abril de 2021. En tanto, el Dow Jones descendía un 3,56% y el S&P 500 un 3,85% poco después de la reapertura de los contratos, en una señal clara de que el impacto del anuncio se hará sentir con fuerza cuando los mercados abran este lunes.
Trump ha sostenido reiteradamente que los países que comercian con Estados Unidos están estafando a los estadounidenses, por lo que defiende los aranceles como un instrumento correctivo. “¡Algún día la gente se dará cuenta de que los aranceles, para Estados Unidos, son algo muy hermoso!”, escribió en su red Truth Social.
No obstante, muchos economistas advierten que los costos de los tributos recaen finalmente sobre los consumidores, quienes podrían enfrentar alzas de precios en los próximos meses.
Reacción internacional: temor a “un baño de sangre” y negociaciones en curso
La ofensiva comercial de Trump generó reacciones inmediatas en todo el mundo. Israel, pese a ser uno de los aliados más cercanos de Washington, fue alcanzado por aranceles del 17%. Su primer ministro, Benjamin Netanyahu, tiene previsto viajar este lunes para mantener conversaciones directas con el mandatario estadounidense.
El primer ministro británico, Keir Starmer, alertó en un artículo de opinión en un periódico que “el mundo tal como lo conocíamos ha desaparecido”, afirmando que el statu quo dependerá cada vez más de “acuerdos y alianzas”. Los plazos escalonados de Trump han dado margen a algunos países para negociar, a pesar de que insistió en que se mantendría firme y su administración advirtió contra cualquier represalia.
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“Más de 50 países se han comunicado con el presidente para iniciar una negociación”, declaró Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, a la ABC el domingo, citando al Representante Comercial de Estados Unidos. Entre ellos, Vietnam, una potencia manufacturera que consideró a Estados Unidos como su principal mercado de exportación en el primer trimestre, ya se ha comunicado y solicitado una prórroga de al menos 45 días para los imponentes aranceles del 46%.
En esa línea, Hassett afirmó que los países que buscan un acuerdo lo hacen “porque entienden que deben asumir gran parte de los aranceles”, ya que la administración sigue insistiendo en que los impuestos no provocarán aumentos significativos de precios en Washington. “No creo que vayamos a ver un gran impacto en el consumidor estadounidense”, afirmó el funcionario.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó que, aunque muchos países se han acercado, la decisión final será de Trump. “En este momento, ha creado la máxima influencia para sí mismo… Creo que tendremos que ver qué ofrecen los países y si es creíble”, manifestó. Otros países han sido “malos actores durante mucho tiempo, y no es algo que se pueda negociar en días o semanas”, sostuvo.
A pesar de los esfuerzos por negociar, el temor a un nuevo “baño de sangre en los mercados” está muy presente. En Arabia Saudita, la bolsa cayó un 6,78% este domingo, su peor resultado diario desde la pandemia, según reportes estatales.
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El exdirector del Consejo Económico Nacional bajo la gestión Barack Obama, Larry Summers, advirtió que “existe una gran probabilidad de que haya más turbulencia en los mercados como la que vimos el jueves y el viernes”. Desde el entorno de Trump, intentan calmar los ánimos. Peter Navarro, uno de los principales ideólogos arancelarios del republicano, aseguró: “No se puede perder dinero a menos que se venda”, y prometió “el mayor auge bursátil que jamás hayamos visto”.
Una de las excepciones a los nuevos aranceles fue Rusia. Según explicó Hassett, esto se debe a las conversaciones en curso sobre la invasión a Ucrania, mientras que otro funcionario señaló que el comercio con Moscú es “insignificante” por las sanciones existentes.
MB/ML