La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) es un organismo creado en 2007, durante el último año de la gestión de Néstor Kirchner y cuya paternidad se atribuye el gremialista Ricardo Cirielli (APTA), quien durante aquellos cuatro años del primer kirchnerismo fue subsecretario de Transporte Aerocomercial.
Esa subsecretaría fue eliminada en 2008 con Cristina Kirchner y 15 años más tarde fue nuevamente recreada por Javier Milei, ahora con el nombre de subsecretaría de Transporte Aéreo. Ahora el funcionario a cargo es Hernán Gómez, un abogado especialista en derecho aeronáutico, quien a su vez fue el encargado de designar a Julia Cordero como interventora de la ANAC, donde llegó el 11 de julio para reemplazar a Gustavo Marón, el primer elegido por Milei para aquel cargo.
Abogada, también especialista en derecho aerocomercial como el subsecretario Gómez, Julia Cordero llegó a a la ANAC con la misión, en sus propias palabras, de evitar la «degradación» de los aeropuertos de la Argentina.
Esa posible «degradación» no sería por supuesto una buena noticia, pero según algunos especialistas del sector el daño concreto que le podría generar al país sería una limitación de las frecuencias de las aerolíneas locales para aterrizar en aeropuertos de Europa y Estados Unidos. Esa potencial limitación ya existe de hecho, debido que sólo Aerolíneas Argentinas vuela a esos destinos, utilizando apenas una fracción de las frecuencias para las que está habilitada en esas rutas.
Pero la abogada Cordero, en sintonía con el Gobierno, también llegó a la ANAC munida de una motosierra. Y tras dos meses al frente del organismo, elaboró un inventario sobre el cual ahora se apresta a aplicar un fuerte ajuste y que la semana pasada difundió a través de un informe.
La ANAC es un organismo del Estado nacional con una estructura que equivale a un ministerio: tiene una flota de 14 aeronaves y 63 inmuebles para sus funcionarios en todo el país, según reveló el informe de la intervención. Y además, tiene no pocas deudas: al momento de la intervención, el 11 de julio, la deuda de la ANAC superaba los 3.100 millones de pesos (según el informe, de la gestión del gobierno anterior), que están bajo «revisión».
Con esa estructura, lo llamativo es que las aeronaves de la ANAC o bien no vuelan, o bien no lo hacen para los servicios para los cuales habían sido adquiridas.
«El organismo cuenta con 14 aeronaves, valuadas en su totalidad en aproximadamente un millón de dólares, que no se utilizan o están cedidas. La mayoría no vuela hace más de 5 años, llevando a su deterioro, mientras que las restantes necesitan reparaciones, que nunca se llevaron adelante. Por este motivo, se está iniciando un plan de subasta de las aeronaves en desuso: 3 ya fueron tasadas por una suma aproximada de 150 mil dólares y están listas para ser subastadas».
Un simulacro de emergencia en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery como puesta práctica del Plan Aeroportuario (PEA) recomendado por Organización Internacional (OACI) en noviembre del año pasado, días antes del ballotage. El 42% de las 103 autobombas como la que aparece en la foto no funcionan, según el informe de la intervención del organismo. CREDITO: Gentileza AVIACIONLINE / M.Campaya – FTPPor otro lado, en el alquiler del edificio donde funciona el organismo, a metros de la Casa Rosada y el Ministerio de Economía, «se paga por 84 cocheras cuando solo hay 18 autos de flota».
A diferencia de otros inmuebles en el resto del país, que son propios, la sede central de la ANAC sobre la calle Balcarce es alquilada, pero aun así se habría gastado una fortuna en su remodelación. «En este contexto, se requerirá al propietario el reconocimiento de las mejoras realizadas por ANAC en el edificio, por un total de un millón de dólares, que no habían sido contempladas en el contrato firmado por la anterior administración, y se ha tomado la decisión de reducir drásticamente la asimetría que se observa en las cocheras», señaló el reporte.
Y de las 63 propiedades que sí son de la ANAC, «al menos 33 están ocupadas por personas que no son Jefes de Aeropuertos o por organismos con contratos que están vencidos hace mucho tiempo o son irregulares. Ante esta situación, se comenzó con las intimaciones». La intervención agregó que se está diagramando un plan de relevamiento de las viviendas ocupadas irregularmente, a fin de determinar el estado de cada una de ellas. «Se comenzará por las más cercanas a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para luego extenderse a todo el país».
Además de las aeronaves y las propiedades, está el tema de los cargos directivos en el organismo, más de 100, que Cordero dijo que quiere reducir en un 40%: «Desde su creación en el 2007, la ANAC ha llevado adelante un crecimiento estructural injustificado que se tradujo en una burocratización e ineficiencia de los procesos. Con 103 cargos directivos distribuidos en 5 direcciones nacionales, 29 direcciones simples y 69 departamentos. Se está trabajando en una modificación de la estructura orgánica, que permitirá una reducción del 40% de los cargos ejecutivos, la centralización de funciones que estaban desagregadas como la administración y gestión de las inspecciones».
Una cuestión aparte son las autobombas para incendios, equipos que dependen del personal de ANAC y que fueron uno de los ejes de la protesta que la semana pasada llevaron adelante los empleados de ATE-ANAC en 27 aeropuertos. Casi la mitad de esas autobombas directamente no funcionan.
«Cabe destacar que de las 103 autobombas que posee la ANAC, solo funcionan 60, es decir, el 58% de su flota. Además, la mayoría tiene más de 10 años y no recibe mantenimiento mayor ni preventivo, lo que lleva a que periódicamente entren fuera de servicio», agregó el informe del organismo.