En un contexto de alta inflación y enfriamiento del mercado interno, el consumo cae, las pymes sufren y las medidas de estabilización macroeconómica generan incertidumbre en sectores clave.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista, José Simonella, quien expresó que, “el consumo cayó un 0,7% en mayo y un 2,9% interanual, según datos de CAME”. La tendencia confirma lo que ya se percibe en las calles: menos ventas en todos los rubros y pérdida de poder adquisitivo.
“Los salarios están hoy en un 80% de lo que eran en 2016, y el consumo está 10% por debajo del nivel de diciembre de 2022”, remarcó. La inflación ha deteriorado ingresos formales e informales, provocando una crisis de consumo generalizada, especialmente en sectores sensibles como alimentos y bebidas.
El poder de fijar precios y las distorsiones en el mercado
La desigualdad también se expresa en la formación de precios. “Hay sectores que fijan precios por encima de la inflación, como medicina, educación y bancos, y otros que deben bajar los precios para poder vender”, explicó Simonella.
“Un ejemplo de abuso es el de los supermercados: si te pueden dar 70% de descuento en la segunda unidad, es porque con una sola ya ganan”, denunció. Esta lógica perjudica especialmente a quienes no pueden comprar en volumen, es decir, a los sectores más golpeados por la crisis.
El riesgo de abrir importaciones y destruir pymes
El gobierno ha insinuado abrir las importaciones para fomentar la competencia. Pero Simonella advierte: “Eso va a tener un impacto muy fuerte en el nivel de actividad, sobre todo en las pymes”. Si bien actualmente solo el 14,5% de las importaciones son bienes de consumo, el riesgo está en que, con un dólar planchado, ese número crezca.
“Si el gobierno sigue esperando que el dólar llegue a mil pesos para intervenir, va a alentar importaciones, desalentar exportaciones y golpear la producción nacional”, afirmó. El modelo de estabilidad basado en ancla fiscal y cambiaria enfrenta así sus propios límites.
La trampa del financiamiento y las tasas en dólares
Otro eje de la política económica es el financiamiento. “Los inversores extranjeros reciben hasta 36% en dólares, mientras que Argentina paga tasas altísimas que alguien tiene que absorber”, explicó el economista.
Esto se traduce en ajustes y recortes que afectan al mercado interno. “El gobierno busca atraer dólares con tasas jugosas, pero eso se paga con recesión, caída del empleo y destrucción de la producción local”, resumió.
Un plan de estabilización con fuerte costo social
“Todos los planes de estabilización tienen destrucción de empleo al principio, hasta que pueden volver a generar trabajo”, afirmó Simonella. Este “gap” temporal, según él, es clave para entender el malestar actual en los sectores medios y bajos.
“Las pymes vienen arrastrando años de falta de ventas y ahora enfrentan una amenaza adicional: la competencia externa en un mercado interno deprimido”, alertó. Mientras sectores como energía, minería y agro siguen funcionando por tener ventajas competitivas, los que más empleo generan, industria, comercio y construcción, están en crisis.
Finalmente, Simonella remarcó que las estadísticas agregadas ocultan realidades muy distintas. “Es cierto que bajó la inflación y se estabilizó el dólar, pero cuando desagregás los datos, ves que las pymes están ahogadas”, expresó.