La última vez que se calzó un par de guantes y se paró frente a un colega en un cuadrilátero, hace dos meses, Juan Hernán Leal estaba preparándose para uno de los retos más desafiantes de su carrera. En ese momento, no sabía con precisión qué era un hematoma subdural. Y mucho menos sospechaba que una afección así iba a obligarlo a abandonar el deporte que practicaba desde hacía 24 años. Y sin embargo…
“Estoy feliz”, afirma el excampeón argentino y latino de la división wélter. Y sonríe. La frase y el gesto, sinceros, se repetirán varias veces durante una hora de conversación. No sería difícil imaginar que el dolor o la amargura dominarían el ánimo de una persona que atravesó una situación como la que le tocó vivir. Pero no, nada de eso. “Siento que volví a nacer. Y lejos de estar enojado o resentido, agradezco que tengo salud y valoro aun más la vida después de lo que me pasó, que no fue poca cosa. Agradezco todos los días despertarme y transitar la experiencia de vivir”, justifica.
El 30 de julio, Leal estaba realizando una sesión de sparring con Alan Ezequiel Dutra, campeón argentino de la categoría ligero, en el gimnasio Vieja Guardia Boxing de Canning cuando detectó la primera señal de que algo no andaba bien. En esos días, estaba entrenándose para el combate que tenía programado para el 7 de septiembre frente al indonesio Daud Yordan en Pontianak, en la isla de Borneo, por el título superligero de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA).
“Íbamos a hacer 12 rounds. En la mitad del 11°, empezó a dolerme la cabeza cuando recibía los golpes y también me dolía cuando hacía el movimiento para efectuar un golpe. Me pareció muy extraño porque nunca me había sucedido. Terminamos el sparring y volví a mi casa con ese dolor”, rememora Leal, quien, ese mismo día, se realizó una tomografía axial computada (TAC) en una clínica. “Los resultados fueron normales. Pero igualmente no quise tomar un analgésico ni otra cosa porque me había quedado una sensación rara, pensaba: ‘no puede ser que no sea nada’”, explica.
Por ello, consultó a Marcelo Orellana, un amigo neurocirujano, quien revisó el informe de la TAC. Si bien no halló indicios preocupantes, le recomendó que se sometiera a una resonancia magnética. Inicialmente, Leal interrumpió los entrenamientos porque continuaba con dolores de cabeza, pero a medida que el malestar fue cediendo, decidió volver al gimnasio, ya que solo faltaba un mes para la pelea en Indonesia, aunque lo hizo trabajando liviano y sin realizar sesiones de guanteo.
Juan Leal debió retirarse del boxeo en agosto, mientras se preparaba para un combate en Indonesia.Para quedarse definitivamente tranquilo, el púgil nacido en Florencio Varela gestionó un turno para hacerse la resonancia magnética el 8 de agosto, pese a que ya no experimentaba molestias. De hecho, ya había programado otro sparring para ese mismo jueves. “Pero el día anterior, mientras me entrenaba a la mañana, me golpeé la mano haciendo un salto en un cajón. Pensé que me la había quebrado. Por eso suspendí el sparring. Al día siguiente, me hice la resonancia y en el resultado salió lo que salió. Entonces pensé que no había sido casualidad. Ese golpe en la mano fue una salvación porque un golpe más en la cabeza podría haber agravado la situación. Fui muy afortunado”, resalta.
Cuando Leal menciona que “en el resultado salió lo que salió”, se refiere a la detección de un hematoma subdural, una acumulación de sangre debajo de la duramadre (la membrana externa que rodea el cerebro) que produce una presión sobre el cerebro. La causa más frecuente de este tipo de afecciones es un traumatismo craneal producido por un golpe. En los casos más graves, puede requerir una cirugía para extraer la sangre acumulada.
– ¿Cuál fue tu primera reacción cuando recibiste el resultado de la resonancia?
– Se lo reenvié a mi amigo Marcelo Orellano. Enseguida me llamó y me dijo que no era una situación grave porque el hematoma era mínimo, pero me recomendó que suspendiera la actividad deportiva y que siguiera controlándome con imágenes más adelante. Le pregunté si había alguna posibilidad de que peleara el 7 de septiembre porque lo necesitaba económica y deportivamente. Me dijo: “Tuviste un derrame cerebral. Suena duro, pero es así. Como médico, te recomiendo que no vayas. Y como amigo, también, porque no quiero que te suceda algo grave. Podés morir”. Cuando me dijo eso, caí realmente. Ese mismo día suspendí la pelea y decidí retirarme.
Juan Leal, sobre los hombros de Marcelo Domínguez, su entrenador, en el ring del Luna Park.– ¿Inmediatamente tuviste claro que no ibas a seguir boxeando?
– Sí. Hay que tomar conciencia y visibilizar que la salud es lo primero y que tenemos un solo cuerpo, un solo envase que no se compra ni se arregla. Hay que cuidarlo todo lo posible, más allá de que quienes practicamos este deporte sabemos que tiene un costado riesgoso para la salud. Ante esta situación, no dudé ni un minuto. Mis entrenadores (Marcelo Domínguez e Ignacio Artime) respetaron mi decisión de retirarme. Mi familia y mi pareja se alegraron porque quien ve desde abajo este deporte tan duro sufre mucho.
– ¿Cómo era tu relación con la medicina hasta este momento?
– Antes solo acudía a un médico si tenía un dolor muy fuerte, como la mayoría de las personas. Últimamente fui teniendo más conciencia sobre mi cuerpo, sobre mi salud, y empecé a cuidarme más. Por eso acudí al médico de inmediato cuando sentí ese dolor de cabeza. A mí me marcó mucho el caso de Ángel Ruiz Díaz, que vivió una situación similar (sufrió un hematoma subdural tras un combate con Néstor Maidana en junio de 2021). Y quiero que mi ejemplo sirva para concientizar a los deportistas, a los entrenadores y a todos los que están involucrados en este deporte. Hay que poner más énfasis en cuidar la salud de quienes arriesgan su cuerpo cada vez que suben a un cuadrilátero.
– ¿Qué respuestas recibiste desde que anunciaste tu retiro?
– Muchísimos boxeadores se pusieron en contacto conmigo para agradecerme por generar conciencia sobre esta situación. Unos días después del anuncio, una persona me comentó que cada vez que guanteaba, se bajaba con dolor de cabeza. Y que después de ver mi video, sus entrenadores no lo habían dejado guantear y le habían indicado que se hiciera estudios. Eso me dio la satisfacción de saber que podía ayudar a alguien. Estoy feliz por eso.
Juan Leal fue campeón de la Liga Metropolitana de boxeo en 2014 y 2015.El diagnóstico que recibió el 8 de agosto empujó a Leal a cerrar un capítulo de su vida que había comenzado formalmente cuando tenía siete y de la mano del profesor Dionisio Andrich en un gimnasio el barrio Los Pilares de Florencio Varela, pero que registraba un antecedente doméstico. “Aprendí a tirar piñas antes que a caminar. Mi padre es fanático del boxeo, se entrenó, aunque nunca llegó a competir, y él me enseñó”, explica.
Como aficionado y ya con el exmonarca mundial crucero Marcelo Domínguez como entrenador (trabajaron juntos desde 2012), el peleador varelense se consagró campeón de la Liga Metropolitana en 2014 y 2015 en la categoría hasta 69 kilos. Como profesional, debutó el 22 de octubre de 2016, con una victoria por nocaut en el primer round ante Diego Rivas en el club El Porvenir de Quilmes, y totalizó 20 combates: 15 triunfos (cuatro antes del límite), cuatro derrotas y un empate.
Durante sus ocho años en el deporte rentado, ganó en octubre de 2020 el título latino wélter de la Organización Mundial de Boxeo, que luego defendió ante el excampeón mundial Diego Chaves; consiguió en enero de 2021 la corona nacional de la misma división y en diciembre de ese año combatió por el título de las 147 libras de la Organización Internacional de Boxeo: perdió por puntos ante el kazajo Daniyar Yeleussinov en Astaná en un combate que aceptó con solo 20 días de anticipación. A los 31 años, estaba en la antesala de una nueva oportunidad internacional cuando debió colgar los guantes.
Juan Leal con sus cinturones de campeón argentino y latino de la categoría wélter.– ¿En qué momento de tu carrera deportiva te encontró esta situación?
– Estaba muy bien preparado para conseguir ese título mundial, sin dudas. Venía de pelear en el Luna Park con (José) Sansón Rosa, una pelea que me robaron alevosamente. Después hice una pelea por el título sudamericano en Junín (contra Maximiliano Segura) y pasó lo mismo, esa vez me dieron un empate. Esas cosas me motivaron para elevar mi nivel y prepararme mejor para mostrar una mejor performance en cada presentación. A esta pelea llegaba de la mejor manera, mi rendimiento era muy bueno, nunca había estado como estaba esta vez. Pero las cosas suceden por algo.
– A partir de lo que te tocó vivir en estas semanas, y no solamente de eso, ¿qué cosas creés que deben cambiar en el boxeo?
– Muchas. El público solamente ve a dos boxeadores que se suben a un ring, pero el boxeo en Argentina está muy mal pago. Hay deportistas que están en lo más alto del nivel nacional y tienen que tener un trabajo para poder solventar sus gastos. Eso está muy mal. Tiene que cambiar el manejo del negocio del boxeo. Ahora que veo las cosas desde fuera, estoy pensando cómo se puede revertir esa situación para que los deportistas cobren lo que les corresponde.
Juan Leal derrotó en 2021 al excampeón mundial Diego Chaves.– Justamente vos elegiste hacer toda tu carrera profesional sin tener contrato con un promotor, algo bastante infrecuente. ¿En qué te benefició y en qué te perjudicó esa decisión?
– Yo trabajé de manera independiente y si bien es muy difícil y se hace más cuesta arriba, no me arrepiento. Tengo la satisfacción de no haber dejado que otras personas me utilizaran para lucrar. Muchos promotores reconocidos me ofrecieron contratos que no me beneficiaban, por ese elegí trabajar de esta forma. Para eso me ayudó tener como entrenador a Marcelo Domínguez, que es una persona con muchos contactos y muy respetada en el deporte. Si no, hubiese sido aun más difícil. Pero no me arrepiento de absolutamente nada.
– ¿Qué balance hacés de tu carrera?
– Tuve una muy buena carrera, la viví al máximo y la disfruté mucho. Estuve en lo más alto, peleé con los mejores representantes de Argentina y, más allá de los resultados, me llevo la experiencia y todo lo que viví porque, al final del camino, lo que quedan son recuerdos. Haber peleado en el Luna Park y haber tenido a todo el público ovacionándome fue una satisfacción muy grande. Así que estoy muy feliz por la carrera que tuve, el recorrido que hice, las experiencias que viví y las personas a las que conocí.
Una vida nueva con pintura, videos y kite surf
El retiro prematuro que le impuso la detección de un hematoma subdural llevó a Leal a abandonar la disciplina a la que se dedicaba full time desde 2020 (para ello, contaba con el apoyo económico de la firma Autopiezas Pana, que lo patrocinaba) y a retomar la actividad con la que se había solventado hasta entonces: volvió a trabajar junto a su padre en una empresa de mantenimiento de pintura. “Esto fue un cambio rotundo. Estoy viviendo otra etapa de mi vida, tengo otros proyectos y estoy enfocado en eso para seguir creciendo”, sostiene.
Entre esos proyectos está la fabricación de la pintura que utiliza para su trabajo y la apertura de un estudio de pilates. Además, planea dar un nuevo impulso a su canal de YouTube, que había abierto para promocionar su pelea en Indonesia. “Soy un apasionado de los deportes y las aventuras. Voy a registrar y a mostrar parte de mi vida porque quiero que quede un recuerdo en imágenes. Disfruto hacer videos, me divierte. Hoy es un hobbie y quizás en algún momento pase a ser mi trabajo”, se ilusiona.
Juan Leal es un apasionado por el kite surf.Si bien el boxeo ocupó una gran parte de su tiempo y su esfuerzo desde que se lo planteó como una actividad competitiva, cuando tenía 14 años, no fue el único deporte por el que se vio seducido: coqueteó con el motociclismo cuando era más joven y desde hace más de un lustro también practica kite surf. “Es un deporte que me conecta con la naturaleza y que me hizo valorarla, apreciarla y respetarla mucho más. Y me da una adrenalina que nada más me la genera”, cuenta. Por el momento, esa práctica también está en pausa por recomendación médica, pero el excampeón tiene la expectativa de retomarla pronto.
En cambio, el pugilismo es un capítulo cerrado, al menos tal como lo experimentó hasta ahora. “Siempre voy a estar ligado el boxeo porque me apasiona mucho, aunque todavía no definí en qué lugar. Pero sé que no voy a volver a competir, eso lo tengo claro”, enfatiza. En esa afirmación no se percibe una pizca de angustia. Quizás porque Leal no pierde el foco respecto a la situación que le tocó atravesar: “Siento que tengo una vida nueva, una oportunidad nueva y quiero aprovecharla para disfrutar, para vivir todas las experiencias posibles. El título más importante que puedo ganar es tener salud”.