2, octubre, 2024
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Comodoro Rivadavia

Días clave para la Cuenca del Golfo San Jorge

Los próximos días no serán de carnaval en Chubut. La paz social que caracteriza a la región estará en juego. El esfuerzo que realicen las autoridades marcará los destinos de las operaciones en los yacimientos convencionales.

YPF avisó que prepara un informe para entregar una serie de yacimientos y que la retirada de la provincia comenzará a partir del segundo semestre, pero con el compromiso de salvaguardar los puestos laborales y los contratos con las pymes.

Otro frente abierto es el plan de inversiones anunciado por las operadoras que fue rechazado por el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut. El gremio liderado por Jorge Ávila se declaró en estado de alerta y movilización y puso fecha límite: el 21 de febrero. Ese día finalizan las conciliaciones obligatorias con Nación y quedará libre para realizar medidas de fuerza.

El titular de los petroleros convencionales ya advirtió que si las operadoras no muestran una oferta superadora “el Centro de Comodoro Rivadavia estará poblado de trabajadores petroleros”.

La cuenta regresiva comenzó y la paciencia es finita. El gobernador Ignacio Torres tuvo que salir a mediar para que la paz social no termine en un estallido en los yacimientos. El mandatario busca crear una nueva mesa petrolera para que las empresas ofrezcan un horizonte que no esté marcado por telegramas de despido o suspensiones.

La tarea no es fácil. Si bien es verdad que Chubut ofrece un plan de baja de regalías que ha dado buenos resultados para diferentes proyectos en áreas marginales, la baja de la Ley Ómnibus fue un golpe para la provincia.

Más allá de las diferencias que existe con la gestión de Javier Milei, había un consenso generalizado en la industria energética que el capítulo de Energía del ya cajoneado proyecto era beneficioso para actividad hidrocarburífera. La escandalosa derrota parlamentaria de La Libertad Avanza fue un duro golpe para la provincia que tenía el champagne en el freezer para celebrar el fin del barril criollo y la liberación de las exportaciones.

Justamente, esas iniciativas eran dos de las banderas con las cuales Chubut reclamaría un esfuerzo más de las compañías. Pero el retiro de la Ley Ómnibus obligó a replantear cualquier tipo de estrategia.

Si bien Torres se mostró duro con las operadoras, el mandatario trata de hacer equilibrio entre las empresas y el gremio de petroleros privados, su principal aliado político.

En el medio están los trabajadores. Los operarios siguen las negociaciones atentamente debido a que ya empezaron a circular telegramas de despidos.

Las empresas argumentan que sobra gente. No hay incentivos, los costos se incrementan y el no convencional es mucho más rentable que trabajar en Chubut.

Los próximos días habrá negociaciones furiosas, pactos que se rompan y heridos políticos de gravedad.

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