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Otra interna en la UCR: la pelea llega a la Provincia y habrá una elección en octubre

Las contiendas partidarias en la UCR casi siempre presumen de un aire fundacional. Como si estuvieran en juego principios irrenunciables. Aunque después esas pretensiones se diluyan y se vuelve al mismo reducto.

Con los comicios para la renovación de autoridades del Comité Provincia del radicalismo bonaerense se reitera esa condición.

Antes del cierre del plazo de presentación de listas, hubo intentos de unidad, pero prevaleció la tradición y esa predisposición radical a las internas. Esta vez, la disputa coincide con un estado general de ebullición en el partido fundado hace más de 130 años.

Algunos de los motivos: la distancia con relación a las políticas y al gobierno de Javier Milei. Y la postura acerca de la actuación de cinco diputados nacionales del bloque (uno no es afiliado al partido), que modificaron su voto sobre el régimen previsional. Ese viraje le permitió al Ejecutivo mantener el veto del Presidente al aumento a los jubilados.

En Buenos Aires, se pone a consideración de las urnas la sucesión del marplatense Maximiliano Abad como presidente del Comité Provincia. El senador nacional por la Provincia completará dos mandatos al frente de la conducción y postula –bajo la denominación de Adelante Buenos Aires- al ex intendente de Trenque Lauquen y ex candidato a vicegobernador, Miguel Fernández, para su reemplazo. Acompaña la fórmula Elsa Llenderozas (Directora de la carrera de Ciencias Políticas de la UBA). Es un armado que tiene el respaldo de 20 de los 27 alcaldes que manejan municipios en el interior bonaerense; todos los senadores y la mitad de los diputados provinciales que ocupan bancas en la Legislatura.

Enfrente se plantaron sectores que apoyan a Facundo Manes, asociados con dirigentes cercanos a Martín Lousteau y a históricos referentes partidarios como Federico Storani. Promueven al diputado provincial Pablo Dominichini como presidente, en compañía de Nazarena Mesías como candidata a vice. “Futuro Radical” nombraron a la lista que se completa con el intendente de Tandil, Miguel Lunghi, como primer convencional nacional y Storani y la diputada Danya Tavela como delegados al Comité Nacional.

Padrones cargados

El despliegue territorial de la UCR es un baluarte que se preserva aun en tiempos de urnas esquivas. En cada pueblo bonaerense hay un comité que se revitaliza en cada interna. Los padrones, que no siempre están cargados con veracidad, registran poco menos de 650 mil afiliados.

En 2021, después de la pandemia, una elección partidaria logró convocar a 120 mil adherentes. Fue histórico: allí coronaron a Abad en una disputa cerrada, pero es difícil que el domingo 6 de octubre (fecha fijada para las elecciones) se alcance siquiera la mitad de esa cifra. “Sería un papelón que no logremos reunir más de 20 mil votos”, advirtió un dirigente que no está muy convencido de confrontar.

“No es tiempo de luchas facciosas, de vedetismos y de intereses ajenos a la provincia. Necesitamos un radicalismo fuerte que sea alternativa para el año 2027 y que consiga mejores niveles de representaciones legislativa para el año próximo”, dijo a Clarín, Miguel Fernández, después de un encuentro que tuvo con la veintena de intendentes en ejercicio que empujan su postulación.

Existe una percepción de que se trata de una pelea de distrito ajeno. “Nos están metiendo en una disputa porteña. Quieren cooptar el radicalismo bonaerense”. El dardo es para Lousteau, quien habría dinamitado la posibilidad de un acuerdo para la renovación de autoridades.

Del lado de enfrente el planteo es por el grado de diferenciación con Milei. “El actual oficialismo forma parte del Gobierno Nacional. Algunas acciones legislativas muestran que se sienten más cómodos con La Libertad Avanza o con el Pro que apoya al Presidente”, dijo Domenichini a Clarín.

El sector sostiene que la UCR “no tiene nada que ver con los lineamientos que expresa el Gobierno”. Y menciona el rechazo a la ampliación del presupuesto universitario o el veto al incremento jubilatorio como muestras.

“Coincido con (Martín) Lousteau: los cinco diputados se fueron solos. Y la expulsión que dispuso la convención es una medida correcta”, se definió el retador.

El capítulo de los diputados que revirtieron su voto abrió otra veta entre las agrupaciones en pugna. Cerca de Abad explicaron que la carta orgánica partidaria tiene instrumentos para definir las sanciones, pero que no corresponde a la Convención Nacional suspender una afiliación. Cuestiones de interpretación jurídica.

Ajenos a esas disquisiciones, en el grupo que comanda Abad se preguntan si no hubiese tenido que recibir una sanción similar el senador Lousteau, cuando votó en sintonía con el kirchnerismo en contra de la Ley Bases. Y a contramano de la postura del bloque radical.

Discusiones de comité, que en Buenos Aires se llevarán al cuarto oscuro el 6 de octubre.

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