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Presupuesto 2025: economistas celebran el ancla fiscal, pero advierten «optimismo» con las proyecciones macro

Mientras el mercado responde con subas al discurso de Javier Milei en la presentación del Presupuesto 2025, los economistas de la City analizan el impacto y la viabilidad del proyecto presentado ante el Congreso en la noche del domingo. Si bien hay un consenso en celebrar la ratificación del ancla fiscal como eje de la hoja de ruta del Gobierno para los próximos años, también hay ciertas dudas sobre como los supuestos macro podrán llevarse a la práctica y si el Gobierno conseguirá el apoyo político necesario para poder aprobarlo.

Los economistas Juan Manuel Truffa y Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier, destacaron: «El proyecto de presupuesto defrauda desde el inicio en ese sentido, porque al comenzar a analizar las bases de este— es decir, el conjunto de proyecciones macroeconómicas y su traducción en previsiones presupuestarias de ingresos y gastos — se advierte rápidamente que, además del esperable exceso de optimismo en las proyecciones macroeconómicas, la consistencia del escenario macroeconómico en sí mismo y su relación con las previsiones presupuestarias es muy baja, por no decir casi nula».

La principal duda de los economistas es cómo hará el Gobierno para alcanzar los objetivos planteados. Ricardo Delgado, de Analytica, apuntó: «No me queda claro de que forma se van a alcanzar esos objetivos. Tampoco queda claro cómo va a plantear, un ajuste en las provincias de 60.000 millones de dólares de gasto para llegar al 25% del PIB». Al mismo tiempo, Delgado señaló: «Desde el punto de vista político, creo que el discurso tensionó todavía más las posibilidades de negociar, con lo cual hay que ver si efectivamente este presupuesto va a poder finalmente ser sancionado”.

El mercado esperaba pistas sobre una potencial salida del cepo, aunque ya sea en el discurso de Javier Milei como en el proyecto en sí, no hay casi alusiones al mercado cambiario, más allá de una proyección de $1.207 para el dólar a finales del año próximo. «El ancla es el superávit fiscal y, por el otro lado, los supuestos macros del Proyecto dicen que no van a levantar el cepo. Esa es la segunda idea fuerte: el tipo de cambio proyectado, $1.207 para 2025, no sugiere ese movimiento de levantamiento del cepo«, dijo Fernando Marull, de FMy Asociados.

En ese sentido, en Outlier destacaron: «La palabra cepo no aparece en todo el mensaje, tampoco términos como “controles de cambios” o “unificación cambiaria”. Toda la cuestión de flexibilización cambiaria es la gran omisión».

Por otro lado, el presupuesto toma como hecho una acelerada disminución de la inflación, proyectada en un 18% anual para todo 2025. En este punto, en la consultora Epyca apuntaron: «Esto significa que la inflación debería bajar de algo más de 2% a fin de 2024 (que es el supuesto que usa el Gobierno Nacional) a 0,8% mensual en diciembre de 2025: de esa forma se llega al 18% interanual en a fines de 2025. Esa progresión implica una inflación promedio en todo 2025 del 40%».

Por su parte, Martín Polo, de Cohen, afirmó: «Parece poco probable que la inflación baje tan rápido y que el tipo de cambio termine en esos valores. Nosotros tenemos un escenario diferente, porque vemos más presión en el frente externo».

En esta línea, Leonardo Chialva, de Delphos, apuntó que las proyecciones del presupuestos lucen razonables, pero están enmarcadas en un «escenario optimista». «Sabemos que Argentina es un país muy susceptible a las condiciones externas», dijo y detalló que la hoja de ruta propuesta por el Gobierno es alcanzable si se mantiene un «contexto optimista».

En su visión, significa que se confirma la baja de tasas en Estados Unidos, que no haya ningún evento climático, la cosecha sea buena, que los precios internacionales se ubiquen un poquito arriba de donde están ahora, que a nivel internacional no se caiga el petróleo, que no haya ningún shock en China y por ende en Brasil… Bajo todos esos supuestos, el presupuesto tiene lógica y coherencia».

Los empresarios vieron con buenos ojos el proyecto oficial y la presentación del Presidente. «Sin superávit fiscal no podemos recuperar la economía, pero ahora tenemos que trabajar en lograr un superávit comercial a través de un fuerte crecimiento exportador con valor agregado», afirmó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC que aglutina a a industria aceitera. Insistió en el levantamiento del cepo y la unificación cambiaria.

La Cámara de Comercio y Servicios (CAC) expresó su acuerdo: “En un país marcado por el déficit fiscal crónico, la defensa a ultranza del equilibrio en las cuentas públicas que lidera el Primer Mandatario es muy saludable. Y también lo es el objetivo de bajar el gasto y la presión impositiva que tiene en contrapartida, que en las últimas décadas alcanzaron niveles a todas luces excesivos”, sostuvo Mario Grinman.

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