5, noviembre, 2024
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La trampa de la ‘comida sana’ en TikTok: cuando el algoritmo alimenta la obsesión con la alimentación saludable

Al abrir TikTok y aterrizar en el feed Para ti (For you) se presentan una serie de vídeos seleccionados en función de los intereses de la persona usuaria, lo que, según la compañía, facilita la búsqueda de contenidos y creadores que le gustan. «Este se alimenta de un sistema de recomendaciones que ofrece a cada usuario un contenido que puede ser de su interés. Parte de la magia de TikTok es que no hay un único feed de Para ti», indican.

En una sociedad en la que impera la cultura de la dieta -que hace referencia a los comportamientos, actitudes en torno a la alimentación, imagen corporal y actividad física con el fin de la delgadez disfrazada en salud- muchísimas chicas y mujeres están expuestas a vídeos que glorifican algunas prácticas alimentarias desordenadas, fotografías que muestran el antes y el después de mujeres tras realizar determinadas semanas de ejercicios o dietas, y cuerpos imposibles. Basta con que tengan TikTok, hagan algo de interacción con algún vídeo de este contenido para que, voilá, su Para ti esté enfocado en cómo perder peso.

Hace relativamente poco, investigadoras australianas han publicado ¿#ParaTi? El impacto del contenido pro-ana de TikTok en la insatisfacción con la imagen corporal y la internalización de los estándares sociales de belleza, un estudio para examinar la influencia del contenido de TikTok en la imagen corporal de las mujeres jóvenes y el grado de internalización de los estándares de belleza.

El trabajo, que se ha pubicado en la revista científica PLoS ONE, también ha explorado el impacto del tiempo diario dedicado a esta red social en el desarrollo de ortorexia nerviosa, es decir, la obsesión por la comida sana, esa que hace que alguna gente (también chicas muy jóvenes) repelan el azúcar y las grasas saturadas, controlen de forma estricta los componentes de los alimentos y la disposición en la que los ponen en sus platos, e intenten comer solo comida poco tratada. En total participaron 273 mujeres de entre 18 y 28 años que estuvieron expuestas a contenido de TikTok pro-anorexia o neutro.

Aunque se dividieron en cuatro grupos, según el tiempo diario promedio dedicado a TikTok y según el contenido que veían, todas, en mayor o menor medida, tuvieron «comportamientos ortoréxicos». En los casos en los que estuvieron expuestas a contenido pro-ana (pro anorexia) también disminuyó la satisfacción con la imagen corporal y aumentó la internalización de los estándares de belleza sociales.

«Es lo que estamos viendo nosotros en el día a día», asegura Diego Paiva Pajares, psiquiatra del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, que no ha participado en este trabajo. Los servicios de Psiquiatría llevan desde la pandemia alertando de cómo han aumentado el número de personas que necesitan ingresos o que atienden en consulta por trastorno de conducta alimentaria (TCA). Algunas necesitan intervención con solo nueve años.

«Esto va ligado, entre otras cosas, al incremento del uso de redes sociales y de la tecnología. Así que lo que vemos es que, al final, estas redes sociales en las que algoritmo va detectando lo que más clicamos hace que las personas estén siendo expuestas a unas imágenes que muchas veces, bien por estar editadas o por ofrecer una imagen idealizada de nuestro cuerpo, repercuten en su salud. Ns va creando una percepción distorsionada que nos hace plantearnos ese ideal de belleza y nos crea un disconfort con nuestro propio cuerpo», asegura el especialista.

También está asociado con este problema, la ortorexia. Aunque a día de hoy no se le considere una enfermedad como tal −no está clasificada como tal en los manuales diagnósticos− ese ejercicio por que todo gire en torno a la planificación de la comida sana puede ser un catalizador de trastornos de conducta alimentaria. «Al final nos están vendiendo como algo atractivo ese cuídate, que esto es bueno para tu salud. Pero hay que tener cuidado en qué momento el cuidarnos en exceso nos puede estar haciendo daño», indica el psiquiatra.

Regular los contenidos de TikTok

Las investigadoras del estudio aseguran que sus hallazgos respaldan la necesidad de que TikTok implemente controles y regulaciones más estrictas en relación con el contenido pro-ana, así como formas más sutiles de contenido relacionado con los trastornos alimentarios y el cuerpo.

«Prohibir o restringir el acceso a contenido pro-ana en TikTok puede reducir el desarrollo de trastornos alimentarios y la longevidad y gravedad de la sintomatología establecida de trastornos alimentarios entre las mujeres jóvenes de la comunidad de TikTok. Actualmente se están tomando medidas para eliminar contenido peligroso, incluido el bloqueo de búsquedas como #anorexia. Sin embargo, existen varias formas en que los usuarios eluden estos controles y se requiere una mayor regulación«, explican.

Piensan que, a menos que se implementen controles efectivos dentro de la plataforma para evitar la circulación de contenido pro-ana, las personas usuarias de TikTok que se identifican como mujeres «pueden seguir experimentando consecuencias perjudiciales inmediatas para la satisfacción de la imagen corporal y la internalización del ideal de delgadez», lo que aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de conducta alimentaria.

Prevenir desde pequeños

Los psiquiatras infantiles en España piensan que hay que dar pasos antes y enseñar a los niños, niñas y adolescentes los riesgos de las redes sociales y a ver con mirada crítica ese tipo de contenido. Paiva explica que una de las cuestiones que recomienda la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (Sepypna) es que en casa se haga un contrato de uso revisable: en el momento en el que se le da un teléfono móvil a un adolescente, aconsejan que las familias se reúnan para ver en qué condiciones pueden usar el dispositivo, cuándo tendrán que revisarlo o cuándo lo usarán acompañados, e ir cambiando las reglas con el tiempo, dependiendo de la edad y de su cumplimiento.

«Al final, las medidas de prevención se deberían de tomar lo antes posible y en entornos que no hospitalarios, al igual que los colegios o institutos se habla de los peligros de determinadas drogas o tabaco, o de las medidas de protección en relaciones sexuales, también se podrían abordar estos temas. Sería beneficioso», añade el psiquiatra.

De momento, ellos tienden a preguntarles a los chavales que llegan a sus unidades por el uso que hacen de sus dispositivos y por el contenido que ven. El estudio solo confirma lo que llevan tiempo observando: cuanto más tiempo pasan viendo publicaciones sobre cuerpos y comida sana, más posibilidades hay de que terminen padeciendo un trastorno como la anorexia o la bulimia.

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