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Jacobs: “La inversión no necesita que se traigan capitales, el proceso ya está en marcha”

En diálogo con Canal E, el economista Eduardo Jacobs sostuvo que Argentina necesita bajar el riesgo país más que esperar un aluvión de capitales tras las elecciones legislativas.

El clima electoral y su impacto en la economía real

Las elecciones legislativas no son plebiscitarias, ¿no?“, cuestionó Jacobs al inicio de la entrevista, en respuesta al planteo sobre el peso político de los próximos comicios. Para el economista, “Argentina no sale de un clima de crisis total“, y eso impide construir debates estructurales. Según explicó, “en Argentina se plebiscita todos los días“, aludiendo a cómo cada dato económico genera reacciones inmediatas, como el índice de inflación o el cierre del dólar.

En este marco, destacó la importancia de tener una visión de largo plazo: “Hay que lograr ver la big picture para poder entender los procesos que se están dando“, sostuvo. Y apuntó que el país está proyectado como una de las tres economías con mayor crecimiento este año, aunque reconoció que se parte de una base muy baja. “El consumo crece, la inversión crece, sin embargo, en el debate se habla como si estuviéramos en crisis permanente“, lamentó.

Inversión, riesgo país y el rol de la sociedad civil

Uno de los puntos más fuertes de la entrevista fue la desmitificación de que un triunfo oficialista en las elecciones garantice una lluvia de dólares: “La inversión no necesita que se traigan capitales. El proceso ya está en marcha“, aseguró Jacobs. Recalcó que el verdadero desafío es financiero: “Lo que el país necesita es que el riesgo país baje de 700 y tanto a 400 y tanto“, algo que permitiría acceder a financiamiento externo en condiciones normales.

Además, fue crítico con quienes esperan un cambio repentino en la confianza global: “No va a haber lo que vos mencionás de Macri. Es un error muy grave hablar de los brotes verdes y los boom de inversión“. Para Jacobs, lo esencial es la continuidad del rumbo económico, más allá de quién gane. “La Argentina no va y viene desde diciembre del 23, desde que este gobierno empezó con un programa ordenado”, afirmó.

También hizo un llamado a la sociedad civil: “El presidente no puede llevar adelante los cambios que quiere llevar adelante solo“, advirtió. En su análisis, los obstáculos no son solo políticos o financieros, sino culturales e institucionales: leyes laborales obsoletas, un Estado sobredimensionado y un historial de incumplimientos que daña la credibilidad internacional. “Es un Estado de volteadora que no le cree nadie en el mundo a la Argentina“, sintetizó con crudeza.

Finalmente, advirtió que, gane quien gane, el país no podrá sostener políticas populistas: “No se puede tener déficit fiscal, no se puede tener déficit financiero. Hay que achicar el tamaño del Estado“, concluyó. Y remarcó que sin un compromiso colectivo, la Argentina seguirá flotando en la anomia que arrastra desde hace décadas.

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