El avión que debía despegar hacia Marruecos con Youseff a bordo, lo hace sin él. El comandante de la nave se niega a llevarlo. Esto le salva de la deportación y obliga a la policía nacional a solicitar al juez una prórroga de 48 horas de retención en el aeropuerto, para buscar otro vuelo en el que deportarle. La juez de guardia, tras escuchar el testimonio de Youseff y de su abogado, deniega el permiso, llevaba retenido desde el 24 de junio, y queda en libertad. Pero el caso no está resuelto, así que puede ser detenido y, a partir de ese momento, iniciar otro proceso de deportación. Porque el Ministerio del Interior le denegó la entrada, mientras se estudia su caso a pesar de que Naciones Unidas ha asegurado que tiene derecho a que se analice si es posible conseguir asilo político o estatuto de apátrida. Al no prosperar esta vía, se ha pedido que sea acogido por razones humanitarias. Una petición que respalda la ministra Sira Riego, por tener un acreditado historial de persecución que puede acarrearle grandes riesgos, y que le ha trasladado al Ministerio del Interior. En las cárceles marroquíes hay 39 presos políticos saharauis.
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