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«Seguir creciendo»: el lema de Martina Capurro Taborda, la tenista argentina que está en su mejor momento y se acerca al Top 100

El tenis femenino en Argentina busca nuevas figuras, jugadoras que acompañen en el cuadro principal de los torneos más importantes del tour a Nadia Podoroska, otra vez en el Top 100. Hay varios nombres que de un tiempo a esta parte pujan por ese lugar: María Lourdes Carlé, Solana Sierra y Julia Riera, principalmente. Y ahora aparece con fuerza el de Martina Capurro Taborda, oriunda de Avellaneda que a los 26 años quiere dar el salto.

Fue subcampeona en el MundoTenis Open de Florianópolis, un WTA 125 en el que venció en semis, justamente, a Podoroska, 75° del mundo, antes de caer en el partido por el título con la australiana Ajla Tomljanovic (ex 32° del ranking). Allí, alcanzó por primera vez la final de un torneo de esta categoría, venció por primera vez a una Top 100 y consiguió su mejor ubicación en el escalafón mundial, el puesto 153.

Además, tuvo una racha impresionante de cinco títulos W25, organizados por la ITF, sobre seis torneos disputados entre mediados de junio y principios de agosto. Dos de ellos fueron en la Argentina, en Bragado y Junín respectivamente, venciendo en la final a Solana Sierra, finalista de Roland Garros Junior el año pasado y otra de las promesas del tenis argentino.

«No venía con buenos momentos, pero fue una muy buena semana. La mejor de todas, diría. Por los partidos que gané y por el torneo en general, es el mejor momento de mi carrera. Sin dudas», dice la tenista que ya representó al país en la Billie Jean King Cup y que este año obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos, en dobles mixto junto a Facundo Díaz Acosta.

Martina Capurro y una medalla que esconde mucho trabajo. (REUTERS/Pilar Olivares)Martina Capurro y una medalla que esconde mucho trabajo. (REUTERS/Pilar Olivares)Llegó al Tenis Club Argentino de Palermo, donde se disputó el WTA 125 de Buenos Aires, con el pecho inflado después de su gran actuación en Florianópolis. Y, si bien no logró sortear su debut frente a la estadounidense Elizabeth Mandlik, a la que había superado justamente en suelo brasileño, cierra un año en el que superó sus expectativas.

Comenzó el 2023 en el puesto 431 del ranking y soñaba con meterse entre los 200 primeras. Lo logró: hoy está 153°. «Me pasó, después de mi primera final en un 125, que resulta que la chica con la que perdí (Tomljanovic) fue casi Top 30 y ganó ahí su primer título WTA. Entonces, para mí puede pasar cualquier cosa. El objetivo ahora es seguir sumando, seguir creciendo», le cuenta a Clarín, mientras dialoga en la sala de prensa del club que está ubicado junto a los Lagos de Palermo.

La vida del tenista transcurre a gran velocidad. El calendario casi que no para y no deja tiempo para grandes celebraciones de las victorias o lamentos muy duraderos por las derrotas. Quien se quede atascado en lo que ya pasó, probablemente salga perdiendo. Pero los fines de año, sin casi actividad, suelen ser buen momento para los balances, para detenerse y analizar más que las últimas 52 semanas; también el camino recorrido.

El caso particular de Martina Capurro es el de una vida junto al tenis, incluso antes de tener recuerdos. Agarró por primera vez una raqueta cuando tenía tres años. «Mi hermana, que es diez años más grande, entrenaba en Racing, a mi me metían a la cancha y me terminó gustando», cuenta.

«El profesor que tuve en toda la etapa formativa, Gino Yacquin, no me quería dar clases en ese momento porque era muy chiquita, era muy bebé, pero bueno, terminé entrenado con él. Hasta el día de hoy estoy muy agradecida con él por todo lo que me dio, todo lo que me enseñó y le tengo mucho cariño», añade.

La primera imagen de Martina Capurro con una raqueta de tenis. (Gentileza)La primera imagen de Martina Capurro con una raqueta de tenis. (Gentileza)Si nació en Avellaneda y empezó a jugar al tenis en Racing, la pregunta se cae de maduro: ¿familia racinguista? «Uff», dice, mientras una sonrisa se le dibuja en sus rostro. «Hay mitad y mitad. Mi papá es de Independiente, mi mamá de Racing y yo de Racing», aclara. Y se anticipa, entre risas: «Los clásicos se ven juntos, si. Se ven. Pero con tranquilidad».

Aunque ella no lo sabía, esos primeros manchones de polvo de ladrillo en sus zapatillas de bebé, con el Cilindro de Avellaneda de fondo, eran el comienzo de su carrera. Al poco tiempo ya se entrenaba en el Club Regatas de Avellaneda, a pocas cuadras del estadio de la Academia, y desde pequeña empezó a competir. «A los ocho años jugaba los interclubes. Después, los torneos nacionales grado tres, grado dos, grado uno y después de eso ya la inserción al profesionalismo», rememora.

A la par, estudiaba en una escuela pública por la mañana y entrenaba a la tarde, pero llegó un momento en que el tenis dejó de ser un pasatiempo para convertirse en la actividad central de su vida y los tiempos no coincidían con los de las clases en el colegio. Por eso, hizo los últimos dos años en el SEADEA, el Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino.

«Te dan todo el material para estudiar por internet y vas y rendís tal día cada materia. Así podía seguir jugando porque sino se me complicaba a la hora de viajar y, además, porque en el colegio ya me querían tomar los exámenes», desarrolla.

Martina Capurro ganó 12 títulos en el circuito ITF: siete de singles y cinco de dobles. (Prensa Argentina Open)Martina Capurro ganó 12 títulos en el circuito ITF: siete de singles y cinco de dobles. (Prensa Argentina Open)No identifica un momento exacto en el que entendió que quería convertirse en profesional y hacer del tenis su vida, pero esa decisión de estudiar a distancia fue un primer paso. «Uno lo va queriendo inconscientemente. En mi caso se fue dando. En vez de salir a fiestas iba entrenar, pero nunca fue un sacrificio. Lo hacía naturalmente. Yo quería eso», explica.

Tras terminar el colegio, dio un segundo paso importante, crucial para explicar su presente: se mudó a los Estados Unidos. Ante la dificultad que afrontan muchos deportistas argentinos por la falta de recursos o apoyo para desarrollar su carrera, Capurro encontró en la estructura universitaria estadounidense la mejor solución.

Estudió las carreras de Comercio Internacional y Sistemas de Información Gerencial en la Universidad de Oklahoma, donde continuó con su formación académica mientras jugaba al tenis sin que ninguna de las dos actividades deje relegada a la otra. «Ellos tienen todo armado: estudiar, entrenar, jugar, los viajes. En ese momento tenía un ranking 500 y solo había jugado doce torneos. Cuando me fui pude empezar a jugar más, que es lo esencial para mejorar», cuenta, reafirmando lo positivo de esa decisión.

Martina Capurro se graduó en tiempo y forma de la Universidad de Oklahoma. (Instagram: @marti_capurro)Martina Capurro se graduó en tiempo y forma de la Universidad de Oklahoma. (Instagram: @marti_capurro)A base de buenas decisiones, consiguió lo que se plantea para cada momento de su carrera: crecer, crecer y seguir creciendo. Ahora va por más.

¿Qué objetivos se propone el 2024? «El objetivo, como digo siempre, es seguir sumando, pero me gustaría poder meterme en el Top 100. También jugar el cuadro principal de algún Grand Slam, de torneos importantes, y porqué no jugar en la cancha central«, se ilusiona. Y el tenis argentino se ilusiona con ella.

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